Uno, dos, tres: al agua. Y fin de la historia. ¿Asesinato u homicidio? Una de las razones por las que dejé la carrera de Derecho: el sistema. No voy a caer en el morbo absurdo que provocan estas situaciones. "Toda una vida luchando para sacar a tus hijos adelante para que de la noche a la mañana un asesino cometa lo único que sabe hacer y destroce para siempre a una familia" --me dice un amigo--. El problema de todo esto es que la pérdida de Marta será en vano, quiero decir, será un número más dentro de los crímenes por violencia machista en este país. Es triste que, al fin y al cabo, se nos trate como números andando por la ciudad. Pérdida acrecentada de humanidad. Manifestaciones, minutos de silencio, el padre de Mariluz , crespones... Todo un espectáculo, rozando el patetismo y la hipocresía más vil del ser humano. Me entristece ver al padre de Mariluz en el papel de defensor de estos casos de violencia machista, cuando aún, hoy en día, existe una gran desigualdad entre el hombre y la mujer dentro de la comunidad gitana, quizá ahí debiera comenzar su trabajo el padre de Mariluz, qué mejor regalo para su hija que luchar por la consecución de dicha igualdad. Nunca me gustó que se utilizara la memoria de los muertos para ganar audiencias. Tampoco soy partidario de crear películas de sobremesa que recreen este tipo de sucesos. Pues, por desgracia, en nuestra sociedad hay mucho analfabetismo aún y lo que a unos les parece, por sentido común, una aberración, a otros, les supone un estímulo morboso y psicópata. Es así. No estamos educados para ello. La justicia sigue siendo una mentira. El cumplimiento íntegro de las condenas debe ser la única solución. ¿Puede un asesino reinsertarse en la sociedad? Difícil respuesta. En la mayoría de los casos no. La mujer: la gran víctima de la historia. Sigue indefensa. A merced de los asesinos, los cuales siguen impunes. Y seguirán, no tengan duda, pues todo esto quedará en el olvido, hasta que la siguiente víctima abra el próximo telediario. Ya hemos naturalizado el asunto. Profunda deshumanización. Mientras tanto, esta pajarita de papel no servirá de nada, si quieren arránquenla y tírenla al río. Aunque tengan cuidado, pues si algún agente de seguridad le pillase en semejante actitud, sería multado por ello. Seguro. Así es la justicia. Es momento de mojarnos de una vez por todas ante el salvajismo que sufrimos a diario. Así que ya saben: es obligación que de una vez por todas nos mojemos en estos casos. Uno, dos, tres: al agua.

* Poeta