España se retrata con frecuencia como en una película coral de Berlanga . Con su patio de Monipodio repleto de personajes del capitalismo golfo y con unos políticos que no están a la altura. La herida en carne viva del PP, al que sostienen diez millones de votantes, no es posible que pueda ser cicatrizada mientras ese partido desvíe la atención sobre sus propias corrupciones y tramas de espionaje a un episodio frívolo (propio de señoritos montaraces y no de dos prebostes de la Justicia española) como el de la inadecuada cacería de Bermejo y Garzón . De ese episodio poco ejemplar ha devenido el oportunismo súbito de intentar convertir a los cazadores en cazados. Mentiras tapadas con mentiras solo conducen a la podredumbre de la política y a la desilusión de unos ciudadanos hartos de los oportunistas que van a medrar a los partidos políticos y, en ocasiones, con la connivencia no vigilante del poder respecto a las intenciones de esos sujetos que van a la política para enriquecerse a corto plazo. Por eso tenemos la sensación de ese olor a podrido que inspira la política cuando se lleva a la práctica sin ningún control de los aledaños en los que pululan los oportunistas y de los daños colaterales que producen en las conciencias de los ciudadanos decentes. Ahora le está tocando al PP pagar ese desvío de conducta de los listos que pululan a la sombra de cualquier poder del que intentan, de una manera o de otra, obtener beneficios particulares. No debería oponerse el PP a la acción de la justicia sino exigir que se depuren responsabilidades políticas en el caso de que haya aforados de su propio partido, como parece ser que hay. Que "avive el seso y despierte" (rememorando a nuestro Jorge Manrique ) Mariano Rajoy y sepa estar a la altura de su responsabilidad de líder, recordando, de paso, las actuaciones inquisitoriales del PP contra otros partidos políticos en casos que están en la memoria de todos. Me viene a la mente, por cercanía, Herminio Trigo , alcalde que fuera de nuestra ciudad, y que ha sido el único alcalde de capitales de provincia condenado por prevaricación por el nombramiento del gerente del Gran Teatro. No imagino a ningún alcalde del PP (por ejemplo, el de Alhaurín de la Torre) condenado por el mismo motivo que el bueno de Herminio. Así que eso de "justicia, señor, pero en mi casa, no" es un entendimiento muy peculiar de la justicia y un ejercicio supremo de hipocresía por parte del Partido Popular. Hay que asumir responsabilidades y no adoptar actitudes tan cínicas como la que ha adoptado Esperanza Aguirre poniendo al frente de de la comisión de investigación del autoespionaje del PP a uno de los imputados. O que salgan ahora con lo de la "enemistad manifiesta" de Garzón hacia el mismo partido sin acordarse de que ese mismo juez fue el que promovió, a instancias del PP, el juicio contra los GAL.

De Rajoy solo cabe esperar que tenga la inteligencia de asumir los problemas internos y la fortaleza de enmendarlos sin falsos ejercicios de unidad en una foto triste de una reunión que ni él mismo fue capaz de convocar. Tan deprimente foto de familia no tendría sentido si de verdad el PP se sintiera limpio de las innumerables corruptelas por las que están siendo investigados los hacedores de sus propios milagros económicos dentro o en los aledaños del PP. No se trata de una conspiración contra dicho partido sino de esclarecer la verdad en bien de la justicia y de unos exigibles códigos éticos. Hablar aviesamente de cazadores de gaviotas no sólo es una manifestación de cinismo sino de debilidad política en las graves circunstancias de un periodo de recesión del que Rajoy nuevamente se desmarca con su consabido y patriótico "conmigo, no cuente".

* Poeta