Hace un tiempo se conoció que la crisis había propiciado el que determinadas personas se dieran a la bebida o, al menos, que aumentaran su consumo. Ahora conocemos el dato de que la venta de cajetillas de tabaco creció en Córdoba un 2,95 por ciento en 2008 -año en que comenzó esta crisis que nos trae de cabeza-, lo que supuso un gasto de casi 200 millones de euros. De lo que se deduce que las malas coyunturas no son puro humo sino que echan fuego e incitan al vicio.