Creo que el título describe bastante bien lo que se enseña (o debe enseñarse) en la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. Siendo esto así aún no entiendo qué temen los que prohíben a sus hijos dar esta asignatura. Por lo visto creen que es un "adoctrinamiento obligatorio"... no, señores, adoctrinamiento obligatorio era la asignatura de Religión hace ya unos pocos de años. Y se quejan ahora de que sus niños están en el pasillo en esa hora de clase (como todos los niños de mi colegio que no daban Religión, pero claro, en este caso no tenía importancia). Lo siento, pero no puedo comprenderlo, solo es una asignatura, una asignatura con la que se pretende que los niños y adolescentes sepan y aprendan que vivimos en una democracia en la que existen personas con distintas creencias, costumbres, tendencias sexuales... ¡La información no es mala! Una vez que tengas esta información eres libre de decidir tus costumbres, tus tendencias sexuales, tus creencias, etc. No por haber dado religión en el colegio soy católica, pero sí por haberla dado puedo decidir si serlo o no; no por dar en clases de Historia la dictadura de Franco me voy a hacer franquista, ni mucho menos; no por recibir información sobre drogas voy a consumirlas; no por saber lo que es la homosexualidad me voy a "convertir" en homosexual (y tampoco tendría nada de malo)... Lo que sí que me gustaría saber es si son los propios alumnos los que se niegan a dar esta asignatura o son los padres los que se lo prohíben, me temo que es esto último lo que ocurre, y si estoy en lo cierto sí que me parece un atraso total en la educación y en las libertades de los ciudadanos, pues los alumnos eligen entre ciencias o letras, entre humanidades y ciencias sociales... Dejemos que se informen y elijan, dejemos que se hagan responsables y autosuficientes, dejemos de tanto protegerlos y empecemos a hacerlos fuertes y maduros para enfrentarse al mundo.

Natalia Romero Villarejo

Córdoba