Los consejos cuando arrecia el calor son casi siempre los mismos: que no hagamos ejercicio físico al aire libre, que nos defendamos del sol, etc. ¿Y qué debemos comer? Este apartado tan importante para proteger nuestro organismo de las altas temperaturas, no aparece en la alarma Naranja de este fin de semana. Mi consejo: vayamos con más asiduidad a los puestos de fruta y verdura que a los de carne. Más fruta fresca, más ensaladas como plato principal y menos proteínas cárnicas. "Si a mí me gusta la fruta, pero me sienta mal", argumentara más de un lector. Y yo le contesto: lo ideal es comerla por la mañana en ayunas, al menos media hora antes de otra ingesta alimenticia. Sus excelentes propiedades energéticas las asimila el intestino tras pasar rápidamente por el estomago. Pero mezclada con otros alimentos pesados que necesitan mucho tiempo para la digestión, pierde gran parte de su eficacia nutritiva. Los erróneos hábitos alimenticios desprecian la ensalada como plato principal. Si acaso como guarnición de un filete, para darle aspecto más ornamental que nutritivo. Luego arrecian los lamentos cuando el médico sustituye esos malos hábitos por medicinas. La barbacoa es una moda no recomendada por el doctor Fuster ; el célebre médico español que trabaja en Nueva York. El calor de estos días no incentiva a comer carne. Añoro el salmorejo en estas latitudes tórridas donde se ha impuesto la barbacoa a base de morcillas y costillares. Nos falta sentido común y hábitos que alivien al organismo de la ola de calor.

* Periodista