Como muchos cordobeses saben, el 21 de mayo dos alpinistas de nuestra tierra llevaron a Córdoba, y su candidatura como capital europea de la cultura, a la cima de nuestro planeta.

En estas líneas quiero reivindicar la importancia que este hecho tiene para Córdoba y su difusión en esta actividad físico-deportiva.

Todo el mundo conoce la reciprocidad existente entre deporte para todos y deporte de élite, lo que José María Gagigal calificaba como deporte praxis y deporte espectáculo, o lo que es lo mismo, para que haya deportistas de élite es necesario una gran cantidad de deportistas anónimos, y a su vez, estos deportistas de élite con sus hazañas animan a la práctica deportiva de dicha disciplina a numerosas personas.

Actualmente, vivimos en una sociedad en la cual la actividad física-salud está a la orden del día, vemos deportistas corriendo por los parques de Córdoba, ciclistas, escaladores en Espiel, senderistas, etc. Todas estas personas disfrutan de estas actividades proporcionándoles numerosos beneficios para su salud.

Sin quererlo o queriéndolo, estos dos primeros alpinistas cordobeses en hoyar la cima del Everest, han abierto el camino para numerosos jóvenes a practicar diferentes actividades físicas relacionadas con la montaña y el medio natural, y al igual que otros cordobeses como Belén Recio, Rafael Muñoz, Rafael Lozano , etc., Ricardo y Pepe se merecen todo el reconocimiento del deporte cordobés.

Francisco Ponce Ibáñez

Córdoba