Emiliano Patachula, Dobleancho, Polvorillas, Bocaalhombro, Luisito Boñigas , Yiyi el Amoroso, Napias, el Liendres, Sabañones ... Octavo de básica. Treinta años atrás. Acabamos de ganar el campeonato de fútbol del colegio. Genaro Zapatiestas ocupa todo el centro. Levanta la copa como si fuera solo suya. Los demás damos pellizcos al aire queriendo agarrarla. Imposible. El Zapas es el tripitidor de la clase y nos saca dos cuartas. Ese mismo verano empezó en los albañiles. Ahora es millonario, por mucha crisis que venga. Arrancándole la camiseta está el Extremeño , un junlai de Almendralejo que emigró a Catalunya y ahora se niega a hablar en español. Justo al lado, Alpechines se tira de los pelos como una histérica. Me dicen que montó una peluquería con su novio y que es el santuario donde se quitan las greñas todos los modernos. Fernando Trolas aparece con los ojos cerrados. Hoy es un reputado periodista. Marchito , el que se ríe sin ganas, heredó una funeraria y le va de muerte. Borreguiles trata de poner paz entre tanto desalmado. Años después, se ordenó sacerdote y anda fabricando cristianos por Burkina Faso. Yo estoy de espaldas a la cámara. Como de costumbre, me pillaron en Babia. Por eso decidí vivir del cuento. Con gafas negras y bigotín tardofranquista, se asoma a la escena don Severino , el maestro. Fue él quien me trajo la foto. Quería que le sacara una copia porque empezaba a arrugarse. Mientras aplico el photoshop , siento como si el mismísimo Dios retocara el pasado. Para empezar, me he dado la vuelta y sonrío. Tal vez así las cosas sean de otra manera.

* Guionista