El área de Movilidad y Tráfico del Ayuntamiento de Córdoba ha adoptado una serie de medidas para favorecer la utilización de la moto, como alternativa al coche, en el centro de la ciudad. Esta estrategia tiene la finalidad de descongestionar el tráfico y liberar espacio urbano. Puede ser que este objetivo se consiga, pero no se ha tenido en cuenta la salud de la ciudadanía, pues las motos originan mayor contaminación atmosférica y acústica que los vehículos de cuatro ruedas. Las ciudades con calles estrechas como la nuestra son aún más vulnerables a los efectos de la contaminación

El coche es el medio de transporte más utilizado. Debido al gran incremento del número de los mismos y que origina gases con efectos nocivos, se ha hecho un gran progreso técnico para reducir sus emisiones. Por el contrario, al ser considerablemente menor el número de motos, sus efectos medioambientales se han ignorado. Un estudio publicado a principios de 2006, llevado a cabo en los Laboratorios Federales Suizos de Pruebas e Investigación de Materiales, y aparecido en la revista Environmental Science & Technology (Vol 40, p. 149-154), demuestra que las motos contaminan mucho más que los coches. En ambiente urbano y utilizando el mismo tipo de combustible, se calcula que las motos emiten a la atmósfera 222, 39 y 1,7 veces más hidrocarburos, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno respectivamente que los coches. La contaminación química originada por la combustión de los carburantes fósiles, aparte de otros efectos medioambientales, es una cuestión de salud pública; puede originar a largo plazo enfermedades del tracto respiratorio y cáncer. Son venenos difíciles de controlar porque el resultado puede aparecer años después de la exposición. Las personas enfermas, los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas son las más afectadas.

Por otra parte la moto es causa de una fuerte contaminación acústica. Esto se debe a que el motor está más desprotegido que el del coche, a que estos vehículos suelen hacer fuertes aceleraciones y algunos de ellos, especialmente los ciclomotores, circulan sin silenciador. El resultado es un aumento de contaminación acústica que incrementa el estrés en las ciudades, pudiendo originar alteraciones de la capacidad de concentración, del sueño, de la memoria y alteraciones cardiovasculares.

El hecho de favorecer el uso de la moto en el centro de la ciudad es probablemente un error y un atentado contra la salud pública. Otras ciudades de Europa, con mayor renta per cápita y una meteorología menos favorable, han optado por solucionar el problema del tráfico favoreciendo la circulación de las bicicletas y los transportes públicos. Invertir en transportes sostenibles y educar, promocionar y favorecer el uso de la bicicleta son medidas necesarias para hacer la ciudad más habitable y saludable. Es esencial completar la red de carriles-bicis y mantener los existentes, algunos de los cuales se encuentran en un estado lamentable. La falta de seguridad es una de las causas de que muchas personas no se decidan a utilizarla como medio de transporte diario. Hay que tener en cuenta que la bicicleta tiene muchos atributos positivos: solidaria, sostenible, saludable, silenciosa, rápida, autónoma, lúdica y económica. Su puesta en valor como vehículo de transporte en nuestra ciudad es cuestión de tiempo, esperemos que no sea demasiado tarde.

* Profesor de la Universidad de Córdoba