No me dirán que no tenemos una cartelería animada en estas fechas. Entre carteles, te encuentras cara a cara a la Virgen Nazarena confesando a Mariano Rajoy, a Rodríguez Zapatero anunciando un vía crucis, o a Llamazares escodiendo la hoz y el martillo ante el rostro de María Santísima de la Trinidad. Para que luego se quejen algunos de que ya no se les aparecen los santos. Unos nos piden el voto, y otros nos dan la penitencia, aunque ya dice el refrán aquello de que en el voto, versus pecado, va la penitencia.

Bromas aparte, Palabra que habría que dar un suspenso a los publicistas de las campañas electorales. En veintiseis años de democracia sólo hemos introducido como novedad las páginas webs personalizadas. Pero los carteles con la imagen maquillada del candidato, con forzada sonrisa sobre fondo claro son patéticos, como lo son las imágenes prefabricadas de los mítines con el día de la banderita tras la tribuna de oradores, o pobres los eslóganes de las campañas que reclaman nuestra atención. Cualquier agua mineral o detergente se promociona mejor que un candidato. Se echan en falta los publicistas argentinos o las campañas made in usa para animar al personal. Merecemos una España mejor y, de entrada, campañas electorales menos aburridas y más imaginativas. Lo nuestro no es la bazofia que nos hacen tragar entre cucharada y paso atrás. Andalucía se crece con la entrada de nuevos candidatos en sus listas, con realidades frente a promesas, con las campañas del deber cumplido, con el ejemplo de una vida cerca de los ciudadanos y sus problemas cada día del año. Más para Andalucía es mejor para todos, sobre todo cuando se crece en solidaridad y en redistribución de riqueza, en políticas sociales, en infraestructuras y en crecimiento de empleo.

Hace falta más humor, más ingenio, más explicaciones serias, más participación de intelectuales y más compromiso de la ciudadanía, menos mítines televisivos y más credibilidad, menos carteles y más rostros humanos, menos promesas y más realidades.

En fín, sufrido cuerpo electoral, en este mercadeo del voto: busque, compare, y si encuentra algo mejor... ¡por favor, digánoslo!.