Omar Ayuso ya ha dado por cerrada su etapa en 'Élite'. El actor, que ha dejado la serie tras cinco temporadas, ha concedido una entrevista en la que hace balance de su trayectoria en la ficción y se moja sobre uno de los asuntos que más revuelo han generado: las palabras de su creador, Carlos Montero, acerca de la poca diversidad que tiene la ficción de Netflix.

"Al igual que muestro piscinas y casas de ensueño, muestro también cuerpos de ensueño”, expresó el 'showrunner' cuando fue preguntado por la idealización que muestra. El actor, sin embargo, no está de acuerdo: “Mi postura es totalmente opuesta, y creo que eso es positivo. Para eso están las opiniones, para tenerlas y para que otros puedan expresar otra diametralmente opuesta”, ha comentado Ayuso a 'GQ'.

“Yo sí creo que es conveniente, interesante, sano, que existan todo tipo de realidades, todo tipo de físicos, todo tipo de masculinidades, de feminidades e identidades en cualquier producto audiovisual, porque creo de verdad en el poder del medio para convertirse en referente y para que la gente que lo ve encuentre en ello un lugar en el que sentirse identificado”, reflexiona.

El intérprete cuenta que él mismo ha sido víctima de esta exigencia sobre el aspecto físico a raíz de haber cogido peso en el último año: “Yo no había tenido complejos físicos nunca, o no destacables, y no había percibido hasta qué punto pueden paralizarte o dominar tu vida”.

Por eso, Ayuso cree que 'Élite' no es una serie que sirva de ejemplo a seguir en cuanto a lo que supone mostrar distintas realidades: “Yo no creo que una serie como Élite deba ser modélica, pero sí que debe quedar claro que Élite no es una serie modélica. No creo en esa exigencia, pero sí que deberían existir productos que sean modélicos a la par que existen otros más frívolos”.

Por ejemplo, el actor cree que 'Euphoria', otra ficción juvenil pero muy distinta, es "mucho más inclusiva". Eso sí, defiende la forma en la que la serie contó la relación de su personaje y el de Arón Piper: "Se cuidó que la trama y los personajes tuvieran el suficiente calado y las suficientes capas como para no quedarse en un conflicto superficial, que no fuera el chico mono gay que descubre que es gay porque se enamora de un chico blanco gay”.