Un dios nórdico trabajando en una oficina a la busca de anomalías en la línea temporal. 'Loki' es la guinda con la que Disney culmina la llamada Fase 1 de la expansión televisiva del Universo Marvel en su nueva plataforma. Sus tres series ('Wandavision', 'El Halcón y el Soldado de Invierno' y ésta) se cocinaron antes de la pandemia y eso ha provocado que hayan llegado un poco más tarde de lo previsto en el calendario. Una fase que parece haber servido para ir cocinando a fuego lento lo que se nos viene encima en la gran pantalla, pero que ha conseguido dar personalidad propia a cada uno de sus títulos, despertando la atención de públicos que hasta ahora no eran habituales de este universo de ficción. La serie protagonizada por el dios de las mentiras ha sido su título más ambicioso, llegando a ser renovado para una segunda temporada incluso antes de que se estrenara.

Tanto en el cómic como en el cine, Thor y Loki siempre han estado presentes en el devenir del Universo Marvel. El trabajo de Tom Hiddleston como la archinémesis del dios del trueno ha sido una de las piedras angulares del desarrollo de este macrocosmos de ficción. Su personaje ha ido evolucionando en cada película en un camino que parecía dirigirle hacia la redención. En los cómics también hace mucho que dejó de ser el clásico villano de opereta, cuyas motivaciones poco importaban. Solo que él era el malo. Con los años, los guionistas le iban dando cada vez mayor complejidad y dimensión dramática. A Marvel siempre le ha encantado jugar con la redención de sus villanos. El ejemplo más claro es el del personaje de Magneto. No hay nada más puramente Marvel que el personaje que se ve obligado a hacer de héroe a su pesar y acaba cambiando de bando. Esta evolución de Loki en las películas había culminado en 'Infinity War', donde el dios de las mentiras acababa sacrificándose por su hermanastro. Sus años de rivalidad quedaban cerrados por la mano de Thanos y el guantelete del Infinito.

Pero el Loki que nos presenta la serie no es el personaje ya redimido. Quienes vieron 'Endgame' ya saben que, con esto de los viajes en el tiempo, el dios de las mentiras logró escapar de Los Vengadores tras la primera entrega del film de este supergrupo dirigida por Joss Whedon. Una anomalía temporal que es la que da pie a la serie de la televisión. Este Loki no es el mismo que se sacrificó, es el de los tiempos en los que era malo-malo. No es uno de los que se convirtieron en cenizas con el chasquido de Thanos y que pudieron regresar, sino que al Loki redimido lo mató el villano intergaláctico con sus propias manos. Pero igualmente, este Loki alternativo parece destinado a seguir el mismo camino de redención. Cuando un personaje goza de cierta popularidad, hasta el punto de empezar a protagonizar sus propios títulos, ya no se le permite ser malo del todo. Quizá hace diez años cuando el antihéroe era el protagonista de las series de televisión, pero no ahora.

Como anomalía en el tiempo, nuestro Loki es capturado por la Agencia de Valoración Temporal, una extraña corporación dedicada a evitar contaminación en la Historia que genere realidades alternativas. Todas las teorías apuntan a que con esta trama se está allanando el camino al llamado Multiverso que veremos en toda su plenitud en las próximas entregas cinematográficas del Doctor Strange y de Spiderman (donde se nos permitiría gozas de ver a los tres actores que han encarnado al hombre araña en el cine en los últimos veinte años). Loki es reclutado forzosamente para buscar a una versión alternativa de sí mismo que está jugando con la línea temporal. Una de las primeras sorpresas de la serie es la excelente química que hace el actor con Owen Wilson, quien interpreta a Mobius y es como su mentor en esto de la investigación de los viajes en el tiempo. Por cierto que los dos actores ya coincidieron en pantalla en la película 'Midnight in Paris' (2011) de Woody Allen.

El Dios de las Mentiras se convierte así en una especie de James Bond de la línea temporal para una gran corporación hiperburocratizada, donde es fácil que la mano izquierda no sepa lo que está haciendo la mano derecha. Un sitio irreal, fuera del tiempo, llena de grandes estanterías atiborradas expedientes polvorientos donde cualquier solicitud debe presentarse con sus propios sellos y por triplicado. Con ese panorama no era difícil que resultara que las intenciones de la agencia no son tan puras como se nos había presentado en un principio. Y detrás de todo hay unos extraños seres llamados los Guardianes del Tiempo, a quienes algunos han visto cierto parecido con otro de los clásicos enemigos de Los Vengadores en las viñetas, Kang. Por cierto, ¿lo de Bond es un guiño a las opciones que tuvo Hiddleston para encarnar al agente secreto más famoso de la Historia del cine? Pero Loki sigue teniendo su propia hoja de ruta y no sabemos si verdaderamente intenta ayudar o solo busca la oportunidad de sacar tajada y escapar de sus captores. Al fin y al cabo, la manipulación y el engaño siempre han sido una segunda piel para él.

Cuando ya parecía que estábamos abocados a uno de esos títulos del género 'buddy movies' o cine de colegas protagonizadas por una pareja de detectives con caracteres opuestos, la serie ha dado un nuevo giro y dejado al fandom boquiabierto con la versión femenina de Loki. Sophia de Martino se ha convertido en otra de las revelaciones de la serie con su papel de Sylvie, o como la llaman algunos Lady Loki. Solo un megalómano como el dios de las mentiras sería capaz de enamorarse de sí mismo. Una versión alternativa que, a juzgar por la escena postcréditos del cuarto episodio, no será la única que veremos. Tenemos muchas facetas del dios del engaño por delante. Aunque para personajazo, el de Miss Minutes, esa mascota animada de la Agencia a la que querríamos ver mucho más en pantalla.