Quién no recuerda el formato 'Tengo una pregunta para usted'. Se emitió entre 2007 y 2009. Fue presentado por Lorenzo Milá, y en alguna ocasión por Ana Blanco. Se emitieron solamente 13 entregas, pero todas fueron relevantes. La noche de emisión no se paralizaba el país como en una final de la Champions, pero casi.

Los políticos que se sometían en directo a las preguntas de una grada que representaba a los españoles realizaban el mayor mitin jamás imaginado, el acto electoral más observado. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero acudió en 2007 reunió al 30% de la audiencia. Mariano Rajoy, en 2007, todavía le superó, con un 34’9%. Cifras inimaginables hoy para un espacio político. El programa 'El objetivo' ha retomado esta fórmula, pero nada es como entonces. Las tertulias políticas están de moda, y tanto 'Al rojo vivo', a diario, como 'La Sexta Noche', en su entrega semanal, contribuyen a que el interés por la cosa pública no decaiga.

Sin embargo, El objetivo de Ana Pastor, a pesar de contar con invitados de primera línea, de emitirse en riguroso directo, y de mantener la fórmula infalible del Tengo una pregunta para usted apenas logra superar en la noche del domingo el 5% de share. Volvió a suceder en la última entrega con el alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, un señor que cae bien.

Pero el problema no es suyo ni de Ana Pastor. Ni siquiera del morbo generado por la entrevista a Miguel Bosé, que sirvió de telonero y le dejó un 25% de cuota en bandeja. El "problema" está en 'Supervivientes' o en la serie turca 'Mi hija', que es lo que realmente capta el interés de la gente. Tengo una pregunta para usted, hoy, sería un producto para minorías.