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Primeras palabras de Finito de Córdoba sobre su problema de salud: "Siempre me he autocastigado"

Esto es lo que conseguía explicar el torero sobre lo ocurrido a lo largo de su carrrera

Finito de Córdoba

Finito de Córdoba

Una de las razones por las que las figuras públicas tienen tanta influencia y responsabilidad es porque, muchas veces, sus vivencias reflejan problemas comunes, reales, de los que no siempre se habla. Los personajes famosos no están exentos de inseguridades, enfermedades o crisis personales, y cuando deciden hablar de ellas públicamente, pueden convertirse en un espejo para quienes lidian con lo mismo en silencio. Es el caso de Juan Serrano, más conocido como Finito de Córdoba, que ha roto el silencio sobre una etapa difícil de su vida relacionada con su salud física y mental.

Con más de treinta años en los ruedos y es uno de los pocos toreros en activo de los grandes nombres de los noventa, el diestro ha hecho pública una parte muy íntima de su historia: su batalla con los problemas respiratorios y estéticos provocados por una grave lesión nasal y el impacto que eso tuvo en su autoestima.

Todo comenzó en 2004 tras una cogida en la plaza de toros de Burgos que le fracturó la nariz. En sus propias palabras, aquella fue su “lesión más grave”. Entonces se vio obligado a operarse de urgencia con un otorrino, ya que aún le quedaban 46 corridas por delante esa temporada. El resultado fue una nariz “de tobogán” que no solo afectaba su imagen, sino también su capacidad para respirar. A partir de ahí, su paso por varios quirófanos fue un camino cuesta arriba: "Me dejaron uno de los lados obstruido completamente".

Después de dos intervenciones insatisfactorias, el propio torero confesaba que había llegado a perderse a sí mismo y que no solo sufría físicamente: "No me reconocía cuando me miraba al espejo", llegaba a confesar, describiendo cómo esa desconexión con su imagen acabó afectando incluso su carrera. No solo lo notó el público, sino que también lo notaron sus compañeros: “Si no es por el traje de luces, no habríamos sabido que eras tú”. A partir de ahí fue cuando se decidía dar un paso más y buscar ayuda especializada.

Recurrió a la ayuda del doctor Pedro Arquero finalmente: un referente en rinoplastias secundarias, que le reconstruyó la nariz utilizando cartílago de su propia costilla. El cambio fue también emocional: "Adiós a mis noches en vela y a enfrentarme con un desconocido en el espejo".

Pero la historia no acaba ahí. A principios de abril, Finito también consiguió hablar públicamente sobre otro asunto que arrastraba: su calvicie. Se sometió a un injerto capilar cuyo resultado no fue del todo como esperaba, pero que le sirvió para abrir otra conversación pendiente: su salud mental. "Estoy bajo medicación y tratamiento", confesaba sus seguidores en redes sociales, añadiendo que poco a poco se siente “más bonito” cuando se mira al espejo.

"Siempre me he autocastigado mucho", admitía. Con una sinceridad poco habitual en el mundo del toreo, reconoció cómo durante mucho tiempo se hablaba a sí mismo con desprecio: “Qué asco de calvo, mira el de la calvicie; me trato y me quiero mejor” decía, concluyendo que se encuentra con “muchas ganas de seguir”.

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