Adiós a la boda de Enrique Ponce y Ana Soria: revelan la realidad de la pareja tras la retirada del diestro

Esto es lo que ha salido a la luz recientemente

Ana Soria Enrique Ponce

Ana Soria Enrique Ponce

Una de las parejas que más interés genera en la socialité española es, sin duda, la formada por Enrique Ponce y Ana Soria. La diferencia de edad entre ambos, que supera los 20 años, ha sido siempre un tema de conversación en el mundo del corazón desde que el torero y la joven estudiante comenzaron su relación, siendo el centro de rumores y especulaciones pero también de admiración por la aparente solidez de su vínculo.

En mayo de 2024 la pareja anunció oficialmente su compromiso y fijó para la primavera de 2025 la fecha de su esperada boda. El evento prometía ser uno de los más mediáticos del año y se difundió se celebraría tras la retirada definitiva de Enrique Ponce de los ruedos. El torero, quien ya había dejado su carrera en España tras una última faena en Valencia, aún tenía algunas corridas pendientes en Latinoamérica pero su retirada era inminente.

El esperado acontecimiento de la boda, que todos pensaban sería el gran cierre de una etapa para Enrique Ponce, se ha visto eclipsado por un enfoque distinto que, de momento, ha tomado la delantera en la vida de ambos: los negocios. A pesar de los anuncios románticos sobre su matrimonio, la realidad de la pareja parece estar mucho más centrada en su futuro económico que en la celebración de la unión sentimental.

Y es que lo que verdaderamente une a Enrique Ponce y Ana Soria no es solo su amor, sino una sociedad empresarial. La pareja ha acelerado en los últimos meses la construcción de un proyecto inmobiliario que les ha permitido consolidarse como una nueva dupla de empresarios: juntos gestionan Kranevitt’e 22 SL, una empresa dedicada a la promoción, construcción y venta de bienes inmuebles, en la que ambos son administradores solidarios, lo que implica que todas las decisiones financieras dependen de su acuerdo mutuo.

Este giro empresarial ha dejado en segundo plano la carrera artística de Ponce, que ya había mostrado su interés por explorar el mundo de la interpretación y la música, pero que parece haber optado por centrar su energía en el mundo inmobiliario. A través de esta sociedad Enrique y Ana están invirtiendo en propiedades, entre ellas un chalet de lujo en Almería, con el que apuntan a asegurar un futuro económico estable.

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