«No se me da bien imitar; yo no imito ni a un gallego»

«No se me da bien imitar; yo no imito ni a un gallego»
MADRID
Se hizo muy popular como El Barajas, el amigo yonqui de Luisma (Paco León) en Aída. Pero ahora el actor Canco Rodríguez quiere olvidar y hacer olvidar aquel personaje que le dio tanta popularidad. Por eso se ha metido en esa locura de Antena 3 que se llama Tu cara me suena, donde ha sorprendido a todos con sus dotes de imitador musical y de showman integral.
-¿Qué tal se está encontrando en su nueva faceta de imitador?
-Estoy disfrutando muchísimo porque siempre me ha gustado cantar. He tenido oportunidad de hacerlo profesionalmente en musicales, pero esto es otra historia. Esto es cantar al cien por cien e intentar imitar al artista, con lo que es mucho más difícil de lo que yo me imaginaba. Cuando lo vemos en casa y decimos «qué mal lo hace, yo lo haría mejor», te das cuenta de que no haces ni la mitad de lo que hacían los compañeros de las otras ediciones. Es muy difícil. Estoy ensayando más que en toda mi vida.
-¿No había imitado nunca a alguien entre amigos?
-La verdad es que nunca se me ha dado bien lo de imitar. Tengo amigos que lo hacen, pero yo no imito ni a un gallego. Aun así, con trabajo y con profesores vamos afinando y descubriendo hasta matices que no sabíamos que teníamos. Es genial.
-¿A quién le gustaría a usted poder imitar?
-Es que a los que me gustaría no puedo hacerlo porque son grandes cantantes. Si quiero imitar a Freddie Mercury será para hacer la gran broma. El programa va de que te rías, porque el actor intenta hacerlo bien y al hacerlo mal tú te ríes. Pero si imito a Mercury no puedo plantearme hacerlo bien, porque ni siquiera llego a ese tono. Yo soy muy de rock and roll. He tenido suerte y me ha tocado algún rockero al que admiro, lo que facilita la imitación. Yo intento buscar la esencia del artista más que la voz, porque me cuesta más. Pretendo que cuando me mire el público a los ojos descubra al cantante.
-Estará a gusto en un programa con tanto humor, ¿no?
-Sí, yo el humor lo llevo de fábrica. El equipo de esta edición está muy bien compuesto: hay gente que canta muy bien, otros que imitan muy bien, otros que interpretan bien… Pero el compacto del sofá, que es la parte principal del show, está muy bien repartido.
-¿Qué colega le hace más gracia?
-Todos un poco. Yolanda Ramos se lleva la palma, porque es un torrente de alegría y chispa. David Guapo, Yolanda y yo somos los que tenemos que aportar el aspecto de comedia. Pero los tres somos conscientes de que no hemos venido aquí solo para hacer reír, sino para demostrarnos que sabemos hacer un montón de cosas y que podemos cantar sin desafinar.
-¿Por qué dijo que Lolita le daba miedo como jurado?
-No dije que me daba miedo, sino que lo que dice Lolita va a misa. Hay que tenerle un respeto a la sangre de los Flores porque son nuestros David Bowie españoles. Para mí lo que diga Lolita, su hija Elena o su madre desde el cielo o Rosario va a misa. Una persona como Lolita que te mira a la cara y te dice algo te impresiona. A mí me pasa cuando la miro. Pero los jurados son muy cariñosos: te quieren y te miman.
-¿Ha seguido otras ediciones?
-Sí. Me he reído y me he emocionado mucho. El año pasado disfruté con la final, con la canción de Ruth Lorenzo. Yo iba con Edu Soto, porque es íntimo amigo, pero cuando cantó Ruth se me paró el tiempo.
-¿Qué le parece la incorporación de Chenoa al jurado de ‘Tu cara me suena’?
-Maravillosa. Se lo pasa genial y ha cogido un rol muy divertido, el de la nueva. Está aceptando ese juego, pero con el genio de Chenoa.
-¿La gente va a descubrir al actor que había detrás de El Barajas?
-Yo no me parezco nada al Barajas. Fue un personaje que hice hace unos años. Me hace ilusión poder mostrar otras facetas mías. A cualquier actor que ha hecho un personaje muy marcado en la tele le resulta difícil quitárselo de encima. Te abre muchas puertas, pero también te las cierra. Me apetece mucho que la gente me vea en otros registros y que poco a poco me desligue de ese personaje. Lo lógico es que si hacemos una cosa bien no sea nuestra tumba, sino nuestro trampolín.
-¿Lo de tardar tanto tiempo en reaparecer en la tele ha sido decisión voluntaria suya?
- Sí. Me llegaron proyectos en una línea muy parecida a lo que hacía en Aída. Quería limpiarme y volver a rescatar la esencia de actor con la que empecé en el teatro. Este año estrené una obra de Andrés Lima que versiona 12 hombres sin piedad. Por fin he recogido lo que he ido sembrando. Ya me ofrecen otros papeles más serios. Hice El Barajas porque me tocó en su día y me duró 10 años. Cuando empecé en este mundillo jamás pensé que iba a hacer un yonqui durante 10 años.
-Pero le ha ido muy bien con ese personaje…
-Sí, ha sido muy positivo. Me lanzó y me proyectó a una posición en la que me llovían las ofertas. Lo que pasa es que el desapego a ese personaje, lo de quitar la muda como las serpientes, requiere un tiempo. Estos tres años he estado trabajando para quitarme esa muda. Si hubiera entrado en otra serie o película haciendo ese mismo perfil no me la habría quitado. He preferido sacrificar el tema económico y mediático para recuperar al Caco actor, que siempre ha estado ahí. Por eso he tenido que rechazar varias ofertas de series de comedia.
-¿Cree que le darán pronto un papel dramático?
-Creo que eso llegará. Y si no llega, ya me montaré yo mi productora para mi propio proyecto. Siempre me rondan ideas para dirigir, pero hace falta tiempo. Ahora hay que agarrarse al trabajo como un clavo ardiendo, porque luego llega la mala racha y te quedas sin nada.
-¿No le gustaría volver a formar tándem con el actor y productor Paco León?
-Me encantaría, pero para trabajar con él necesitas tener mucho talento porque es una estrella. Está muy por encima de la media española.
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