Anna Simon (Mollet del Vallés, 1982) ha irrumpido con fuerza como presentadora de Zapeando, el espacio de La Sexta en el que sustituye desde el lunes a Frank Blanco mientras el titular de la plaza está de vacaciones.

-¿Qué tal se encontró el día de su estreno?

-Muy bien, porque hace mucho tiempo que estoy en Zapeando y los compañeros son ya amigos. Pero sí que es cierto que el primer día es muy raro porque estaba acostumbrada a estar de colaboradora haciendo el payaso. Y a que sea Frank el que me tenga que frenar. Ahora tengo que ser yo un poco Frank y poner esa nota de seriedad. Eso se va cogiendo con el tiempo. El segundo día me encontré mucho más cómoda.

-Nada más llegar, dejó una frase para la posteridad cuando dijo lo de «es un tremendo honor... o un marrón que te cagas». ¿Tanto miedo tenía?

-No, miedo no es la palabra. Pero es verdad que es una responsabilidad llevar las riendas del programa. Aunque yo creo que el éxito o el fracaso de un espacio tampoco radica solo en el presentador.

-¿Tiene un significado especial haber debutado el día de «Santiago y cierra España»?

-Bueno, sí. Era un día festivo en muchos lugares de España y estuvo bien estrenarse en ese momento. Pero el segundo día fue mi santo, con lo que vamos de celebración en celebración.

-Si fuera Frank Blanco, ¿le preocuparía tener a Anna Simon en su puesto?

-(Ríe) Eso habría que preguntárselo a él. Antes de que se fuera de vacaciones me dijo que estuviera tranquila porque lo iba a hacer muy bien. Y que sobre todo lo disfrutara. Creo que Frank confía en mí, nos tenemos mucho cariño. Si no me hubieran visto capaz de hacerlo supongo que no me lo habrían propuesto. Tenemos ese cachondeo de ¿qué va a hacer esta con el programa porque está loca?..., pero soy responsable y sé lo que puedo y no puedo hacer.

-¿Le ha perdonado ya a Miki Nadal el zasca del primer día recordándole lo poco que duró su programa ‘La jaula’ en A-3?

-Siempre estamos de cachondeo, picándonos el uno al otro. Él me habla de La jaula y yo le hablo de Taxi, que fue un programa cortito que presentó. Nos chinchamos, pero siempre desde el buen rollo y el cariño.

-Hablando de sus programas efímeros, como ‘La jaula’ y ‘Por arte de magia’, ¿cómo lleva esos jarras de agua fría que suelta de vez en cuando su profesión?

-Es obvio que sabe mal porque tú le has puesto mucha ilusión y esfuerzo a un programa y al final se viene abajo. No sé cuál es la clave para que un programa triunfe o fracase. Si la tuviera sería millonaria. Pero te lo tomas con filosofía: si no ha acabado de cuajar entre la audiencia, pues otra cosa saldrá. Tampoco hay que hundirse. Hay que aprender de los errores.

-¿Es cierto que usted empezó en Teletaxi TV porque es una mujer de ‘bandera’?

-(Ríe) No. La verdad es que fue casualidad. Terminé la carrera y envié currículos a todos sitios. Fui a Radio Teletaxi y me dijeron que no necesitaban a nadie, pero que probara en la tele porque estaban preparando un nuevo programa. Dejé el currículo y me llamaron para hacer ese espacio diario de música en el que la gente me pedía videoclips.

-Su amigo Florentino Fernández no tiene programa. ¿Piensa ‘enchufarle’ ahora que le va tan bien?

-(Ríe) Ojalá tuviera el poder de enchufar a alguien. Pero Flo no necesita enchufe, porque ha demostrado su talento. Él está ahora de vacaciones, se lo está pasando como Dios y no está nada preocupado por no tener un programa. Ya veremos en septiembre si nos sorprende con algo o no.

-¿No le tienta lo de ser actriz?

-Me atrevo con papeles pequeñitos, con cameos, porque creo que la profesión de actor es complicadísima. Tener un papel principal en una película me daría mucho miedo porque no estoy preparada.

-¿Qué se siente habiendo sido la segunda mujer (por detrás de Cristina Pedroche) en llegar a un millón de seguidores en Twitter?

-Mucha alegría y agradecimiento a la gente. H