Ana Duato lleva 14 años en el papel de Mercedes, la madre y pilar de la familia Alcántara, de la longeva serie Cuéntame cómo pasó . TVE emite actualmente la 16 temporada, en la que vemos a Mercedes en 1983.

--¿Qué recuerdos tiene Ana Duato del año 1983?

--Era una niña. Estaba en el colegio. Vivía en Valencia y mi vida era muy agradable. Los hechos políticos los veía según cómo reaccionaban mis padres, pero a mí no me afectaban directamente. Tengo la suerte de que he aprendido mucho con esta serie. No solo de los hechos históricos, de los que te debes poner al día, sino también de la transformación de la sociedad. Además, tenemos la suerte de contar con una memoria histórica, la de nuestra querida María Galiana, la actriz que hace el papel de Herminia, mi madre. Con ella aprendes mucho, no solo de lo que pasó, sino también de cómo evolucionó nuestra sociedad.

--¿Mercedes Alcántara, su personaje, es ejemplo de esa evolución?

--Sí, porque es una mujer que viene de un pueblo, que prácticamente no ha tenido educación, y, sin embargo, ahora es economista. Mercedes es una mujer de bandera, como muchas en este país. Estoy aprendiendo más ahora que en mi época de estudiante. Porque es un tiempo en que la sociedad española cambió mucho, y, sobre todo, la mujer.

--¿Cambió su posición?

--Sí, y yo creo que Mercedes representa muy bien a esa mujer luchadora, echada p'alante , que está preparada --ahora que ha estudiado una carrera-- y que, pese a tener prioridades, le da mucha importancia a su vida profesional. Ha evolucionado mucho en muy poco tiempo. Con María Galiana comparto mucho cómo ha evolucionado Mercedes y se ha convertido en una mujer pionera para su tiempo.

--Lleva 14 años metida en su piel. Si no le gustase, sería más duro.

--Me encanta hacer un personaje como Mercedes, que está hecho de muchas mujeres. Me alimenta la vivencia de muchas: desde la del pueblo, que va a la ciudad para tener una vida mejor, hasta la mujer en la que se ha convertido, que ha tenido la oportunidad de ir a la universidad y ampliar sus conocimientos y puntos de vista. Mi personaje representa muy bien el carácter de superación constante de la mujer.

--Ha pasado por momentos muy duros, como el cáncer y la infidelidad de su marido. Las mujeres se identificarán mucho con ella.

--Absolutamente. Nos parecemos todas muchísimo y las historias son muy parecidas. En la serie hablamos de cosas que nos tocan a todos: del dolor, de la enfermedad, del miedo, de la traición..., de todas esas cosas que nos llegan. Quizá tú no has vivido esa situación, pero te has podido sentir así. La clave de esta serie es que hablamos de cosas de verdad, que nos pasan a todos.

--Confiese: les preocupaba que hubiera una historia de cuernos.

--Sí, pero ha resultado bien por lo mismo de siempre, porque hablábamos de cosas nuestras, de cosas que nos importan. Y poner en duda nos hace reflexionar. Una de las misiones que tenemos cuando hacemos un proyecto tan serio como este es hacer reflexionar a la gente e intentar mover, desde ese sofá de casa, no solo las emociones, también los sentimientos y los valores. Y es que en esta serie hablamos de valores humanos y sociales. Era una oportunidad que pasase para hablar de todo eso.

--Pero era una trama atrevida.

--Sí, mucho, como lo fue la del cáncer; pero nos teníamos que arriesgar. Siempre somos conscientes de ello, sobre todo el equipo de guionistas, que hace un trabajo excepcional. Ignacio del Moral y Eduardo Ladrón de Guevara tienen pillada la serie y saben siempre lo que hay que contar. Y lo que contamos, lo tenemos que hacer profundamente; no vale quedarse a medias tintas.