Carlos Sobera (Barakaldo, Vizcaya, 1960) presenta el nuevo concurso de Antena 3 Increíbles: el gran desafío, de perfil familiar.

--Defina este nuevo concurso que acaba de estrenar.

--Increíbles: el gran desafío es un modo de reconciliarse con el género humano, una ventana abierta a facultades intelectuales muy superiores a las normales que nos van a sorprender y agradar. Es, en suma, una forma de comprobar que todavía hay seres humanos superiores y que todo lo que vemos alrededor es, afortunadamente, lo que representa la media.

--¿Qué concursantes le han sorprendido más hasta ahora?

--Hay varios. Un músico que es capaz de identificar una melodía interpretada al violín sin escuchar la composición: solo por los movimientos del violinista. Otro que es capaz de reconocer más de 1.000 huellas dactilares de memoria, como si fuera un scanner. Personas capaces de averiguar la velocidad de un vehículo pasando por un punto con más precisión que un radar.

--¿Es un programa de frikis?

--No, son todos genios. Gente que tiene el cociente intelectual por encima de la media. Ninguno es friki. Algunos de ellos se dedican profesionalmente a explotar sus habilidades mentales y se ganan la vida con ello. Pero otros tienen su vida normal y corriente como médicos, camareros o ingenieros. Y luego son capaces, además, de aplicar en la práctica de su profesión las cualidades de su inteligencia. Son gente inteligente y admirable.

--El programa es de Zeppelin, la misma productora del célebre Gran hermano. ¿Tiene algo del ADN de este famoso reality al compartir madre?

--Por lo que he podido comprobar, no. No tiene nada que ver: está en las antípodas. No sé si esto es bueno o malo, pero no se parece en nada. Precisamente ese es el arte de los productores, que son capaces de hacer cosas muy diferentes. Es la única manera de sobrevivir en esta profesión, porque si haces siempre lo mismo resulta complicado salir adelante.

--Usted es ya un experto en competir los viernes con el Sálvame deluxe de Tele 5. ¿Está condenado a ese papel?

--Nosotros nunca hemos competido con Sálvame deluxe. Ellos tienen su público y nosotros, el nuestro. Atrapa un millón nos fue de maravilla durante un año, pero empezamos a desgastarnos cuando empezó también la edición diaria. Creo que con quien competíamos realmente era con quien compartíamos el público. Quiero decir que el que terminó echándonos de esa franja horaria fue José Mota.

--¿Qué opinión le merece el magacín que presenta Jorge Javier Vázquez?

--Los programas de corazón no me atraen especialmente. No me gustan ese tipo de espacios y creo que no sería capaz de hacerlos bien como comunicador. Mi perfil es más familiar. El programa no me gusta ni como espectador ni como presentador. Pero me parece respetable que haya gente que lo vea. Allá cada cual. Cada uno puede hacer de su capa un sayo.

--¿Podría ganar el concurso de Increíbles alguien que fuera capaz de predecir cuándo saldremos en España de esta crisis?

--Eso lo puede adivinar cualquiera. Porque esta crisis se va a superar cuando los mangantes de turno se vayan por fin a sus casas a descansar, cuando el sentido común que el ciudadano normal de la calle tiene impere entre los grandes dirigentes políticos y económicos y cuando la gente, en vez de pensar en su propio bolsillo, piense un poquito más en los demás.

--Se le ve muy indignado.

--Pues sí. Es que el día que pasen esas tres cosas dejaremos de tener tanta crisis como tenemos. No hace falta ser mucho más listo que los demás para adivinarlo.

--¿Qué papel juegan los tres colaboradores del programa?

--Santiago Segura, Chenoa y Mario Vaquerizo son muy importantes dentro de este proyecto. Ellos hacen las valoraciones y le dan color al concurso con sus comentarios.

--¿Qué supone este nuevo programa en su ya larga carrera como presentador?

--Un divertimento. En esta profesión estamos para hacer cosas distintas que nos permitan encontrarle el punto al trabajo. Poder divertirnos es lo que más motiva para crecer.

--¿Cuál es su habilidad secreta, esa que le permitiría superar el casting de Increíbles?

--La pasión. Pongo mucha en todo lo que hago y solo a veces consigo ser convincente.