Concha Velasco ha recibido un nuevo varapalo personal. La actriz ha estado a punto de quedarse sin la casa en la que vive debido a una deuda contraída por su exmarido Paco Marsó, que falleció hace dos años y del que llevaba separada más de cinco años. La noticia, que publica hoy la revista Lecturas, fue adelantada ayer por el programa La Mañana de TVE, que presenta Mariló Montero.

La protagonista de la obra Yo lo que quiero es bailar, que acaba de estrenar en el teatro La Latina de Madrid, ha tenido que recurrir a su plan de pensiones para abonar los 50.000 euros de la deuda y evitar el desahucio de su vivienda, un piso en el barrio de Sanchinarro de Madrid que se compró con una hipoteca que ha ido pagando religiosamente gracias a que es una de las actrices españolas a la que no le ha faltado el trabajo nunca a pesar de la crisis.

Aunque esta no es la primera vez que Concha Velasco se enfrenta a un embargo. La chica ye yé ya perdió su chalet de La Moraleja donde vivió durante años a causa de las deudas contraídas por Marsó. El matrimonio y sus dos hijos Manuel y Paco se trasladaron a un piso de su propiedad en el centro de Madrid, que años después también fue embargado por el mismo motivo.

Cuando se separó de Marsó a Velasco le preguntaron en una entrevista ¿qué había ganado con el divorcio? y ella respondió: "Que cuando suena el timbre de casa no piense que es una citación judicial". Pero ni el divorcio ni la muerte del productor le han librado de los jueces.

Según ha contado la actriz, solo le quedan 6.000 euros en el banco, que piensa dedicar a pagar su funeral. "Son 6.000 euros, hasta con las copitas de cava, ya lo he preguntado", ha declarado la actriz a El País.

A pesar de las adversidades, Concha, de 72 años, no tira la toalla y sigue con la misma vitalidad de una principiante levantando cada día el telón del teatro La Latina, donde representa un musical sobre su vida bajo la batuta de Josep Maria Pou, sin olvidar que cada sábado presenta en TVE el programa Cine de barrio.

Hace unos días la actriz se reconcilió con Lina Morgan, con la que había tenido algunas diferencias y a la que envió un mensaje desde Cine de barrio, harta de la negativa de Morgan a aceptar una invitación para acudir al programa. Ambas actrices se reconciliaron el día del estreno de Yo lo que quiero es bailar ante el público que llenaba el teatro.

Aunque si hay alguien que le hace olvidar las penas a Concha ese es su nieto, de cuatro años, pues ha confesado en que su papel favorito es el de abuela.