El joven que pagó por entrar en el último Gran Hermano , Arístides Alonso, fue detenido ayer en Bilbao por su presunta relación con una banda de atracadores que operaba en Cantabria y Asturias. Aris, como le llamaban en el concurso, abonó 69.100 euros tras ganar la subasta organizada por Tele 5 y solo estuvo una semana en la casa.