La crisis económica ha obligado a varios participantes de Eurovisión a replantearse su futuro en el popular concurso musical. El caso más paradigmático es Grecia. Clasificados siempre entre los 10 primeros desde el 2004 y con una victoria en el 2005, los helenos han apostado por mantener la competitividad, pero al mínimo coste. Así, buscaron una discográfica que se hiciera cargo de casi todos los gastos: la producción y la promoción del tema Aphrodisiac y de la cantante Eleftheria Eleftheriou, los honorarios de los artistas, el viaje y la estancia en Bakú (Azerbaiyán).

Universal Music fue la única compañía que aceptó; presentó como candidatos a cuatro de sus artistas y los telespectadores eligieron al representante en una gala televisada. Incluso ahí la tele griega (ERT) se ahorró dinero: el show lo patrocinó un centro comercial de Atenas que, como condición, pidió ser el escenario del programa. La ERT montó una tarima en un pasillo del centro, entre un ascensor panorámico y unas escaleras mecánicas, y Eleftheriou se proclamó vencedora entre la ovación del público que miraba el espectáculo de pie.

EL INTERES ISLANDES

No le fue tan bien a la tele islandesa (RUV). Lo intentaron. "Pero no tuvimos éxito", dijo el jefe de la delegación nórdica en el Festival, Jonatan Gardarsson. Pese a ello, quieren continuar en el festival: es uno de los programas más vistos desde que debutaron en 1986 (con una audiencia media cercana al 90%) y, según Gardarsson, "da trabajo a muchos músicos y ayuda a las jóvenes promesas a mejorar. Gracias a Eurovisión, cada año hemos descubierto a nuevos talentos que han renovado el panorama musical islandés y es una de las mejores maneras de captar la atención de Europa sobre nuestra producción musical".

La belga VRT, año tras año, recorta en algunas partidas. Así, esta va a ser la segunda vez que no enviará ningún locutor. "Viajar con una delegación mínima es la mejor manera de ajustar el presupuesto", asegura Marteen Verhaeghen, jefe de la delegación belga. Un caso similar es el de Irlanda. Según Julian Vignoles, de la RTE, este año disponen del "mismo presupuesto que en el 2011", pero también van a dejar en tierra a su comentarista, el popular DJ Larry. En Portugal, la pública RTP ha reducido un 10% su presupuesto eurovisivo.

A principios de abril, Chipre vivió una crisis política por el festival: el Parlamento se negó a aprobar el presupuesto de la CyBC. Con canción y artista ya elegidos, la reacción de los ciudadanos, fans y periodistas presionó lo suficiente como para que se aprobase el presupuesto: 140.000 euros. La tele rumana (TVR) dio luz verde in extremis en enero a un presupuesto de 200.000 euros. Hasta entonces, se especuló con la retirada.

TVE también ha tenido que apretarse el cinturón, pero solo facilita los datos de lo que cuesta su participación en Eurovisión a petición del Congreso. La última vez que lo hicieron, en el 2009, declararon 285.000 euros, la cantidad más baja de la década. Pese a que el ente no ha explicado si esta cifra se ha reducido para Bakú, TVE ya se ha ahorrado los programas en que se elegía a su representante. En el 2011 hubo cuatro. Esta vez, una sola gala. La promoción de Pastora Soler se ha limitado a un macroconcierto en Amsterdam.

Para Montenegro, la cuota de participación es de 23.000 euros, viaje, estancia y salarios de los artistas al margen. Andorra se retiró tras su última participación en el 2009. Ni retransmitió las galas de los años posteriores para ahorrarse los casi 4.000 euros de derechos de emisión. Mónaco, por su parte, "no quiere volver al festival", según su último jefe de delegación, Phil Bosco, por falta de dinero. Polonia también se ha dado de baja por los gastos de la Eurocopa.

LUJO EN AZERBAIYAN

Mientras, Azerbaiyán, uno de los mayores productores de petróleo, ha destinado 48 millones de euros a la organización (Rusia se gastó 27 millones en el 2009 y Noruega, 24 millones al año siguiente). Y ha construido el Baku Crystal Hall, con 16.000 localidades. Se trata de un hotel de cinco estrellas, donde suelen alojarse las delegaciones, que pide de media 270 euros por noche para una habitación doble. Y un simple bed & breakfast, 47 euros por persona y noche. Su web advierte de que no admite clientes homosexuales.