Diario Córdoba

Córdoba a pedal: seis rutas para ciclistas

El entorno natural de la capital abre las puertas a magníficas sendas para recorrerlas en bicicleta

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Texto: Manuel Á. Larrea / Fotografía: Chencho Martínez / Diseño e infografía: Ramón Azañón

Desde la ciudad de Córdoba y alrededor de todo su entorno natural, se abren rutas perfectas para ciclistas o meros aficionados a la bicicleta. Desde recorridos sencillos para echar un rato hasta auténticos retos, con subidas no aptas para cualquiera, la capital y su anillo natural ofrecen al aventurero a pedales diferentes y variadas sendas para recorrer buena parte de su entorno, por la campiña y la sierra, regalando postales y destinos de inigualable valor paisajístico e histórico a la vista.

Muchas de estas sendas discurren por caminos trazados hace siglos, junto a las orillas de caudales y por las cercanías de enclaves arquitectónicos históricos. Las pausas se hacen casi obligatorias en algunos de estos puntos de indudable interés. De esta forma, puede decirse que las rutas que se proponen son oportunidades para, más allá de practicar el ciclismo, disfrutar del entorno de la capital de Córdoba. 

LAGAR DE LA CRUZ - LAS JARAS - CLUB DE GOLF

Por parajes naturales

Al trazar una ruta por el entorno de Córdoba es casi inevitable adentrarse en algún paraje natural. Este recorrido propuesto, lejos de querer esquivar esos enclaves, hace suyos los escenarios naturales que son de todos. Los 13,6 kilómetros que, de forma circular, componen el camino parten desde el Lagar de la Cruz -junto a las Piscinas Assuan-. Por la Vereda del Pretorio, el ciclista deberá poner rumbo a Las Jaras. Todo el recorrido se realiza por plena sierra. Pasados unos cuantos kilómetros, un desvío a la izquierda ofrece la fantástica imagen de las aguas del embalse de Las Jaras.

Tras la breve pausa, una subida por Los Picapedreros desemboca en el Club de Golf de Los Villares. Una vez alcanzado el punto más alto del recorrido, la ruta continúa, ya iniciando la vuelta, por los alrededores del camping de Los Villares, el cual hay que rodear para acabar trazando el camino circular hacia el Lagar de la Cruz. Durante la vuelta, el ciclista puede apreciar enclaves de auténtica belleza natural como el alcornocal de la finca de La Conejera, situado ya casi al final. Durante todo el sendero ciclista, el aventurero viaja entre altos pinos y frondosas masas forestales que hacen de este espacio un escenario asombroso y fresco. El final del camino, tras un tramo de descenso, está marcado por una ligera subida que deja atrás los alcornoques para acabar llegando al punto de partida. El trazado no reviste una dificultad excesiva, más bien intermedia, con un desnivel positivo de 312 metros.

POR LA CUESTA DEL ESPINO

Destino: mirador a la campiña

Una ruta en bicicleta puede ser más placentera si tiene como destino un lugar con encanto. En este caso, tras 23,5 kilómetros, el ciclista puede asistir a las maravillosas vistas que ofrece uno de los miradores de Córdoba (y no está en la sierra). El recorrido comienza en las inmediaciones del Puente de San Rafael. Desde allí, debe cruzarse el Sector Sur de forma paralela al río Guadalquivir. El encanto del agua mansa domina un primer tramo que encuentra su fin en la salida del Polígono de la Torrecilla. Allí el agua recobra su fuerza al caer por un azud.

Al final del polígono, girando a la izquierda, el ciclista irá a dar por una rotonda con la carretera de Guadalcázar. En esta hay que tomar la salida a la vía verde, por la que transita una parte de la ruta. Con la ciudad atrás, la sierra se abre paso imponente a un lado. El trazado de la vía verde comienza unos kilómetros más adelante y, una vez ahí, habrá que cruzar el río Guadajoz. Después de varios kilómetros, un túnel debe ser salvado ascendiendo hacia lo alto y, después, tomando la dirección a la Cuesta del Espino, a la derecha, para volver a poner rumbo al destino que aquí se propone.

El trazado continúa recto, con tramos descendentes. Aunque los ascensos no tardan en llegar. A los lados quedan cortijos y cultivos. Y, de fondo, Sierra Morena se mantiene firme. Antes de acabar el itinerario, el ciclista llega al Mirador del Toro, donde una postal de la campiña con el toro de Osborne de fondo aparece desvelada. El fin lo marca un panel descriptivo. 

A LA SIERRA ORIENTAL

Un reto que regala postales

Podría decirse que supone todo un reto. Sus 34 kilómetros con un desnivel positivo de 809 metros lo avalan como tal. No está hecho para cualquiera, pero las imágenes que regala esta ruta ciclista compensan las dificultades que entraña. A lo largo de este recorrido circular se atraviesan parajes de inigualable valor paisajístico. La sierra se convierte en protagonista. El recorrido comienza en el parque del Doctor Alfonso Carpintero (o de Chinales), circulando bajo el puente de la N-432 y transitando por Fátima hacia el Arroyo Pedroche. El objetivo de este primer tramo es llegar a la Carrera del Caballo -antigua carretera de Cerro Muriano- para emprender un camino hacia la barriada periférica. Aunque antes habrá que pasar por el santuario de la Virgen de Linares por un camino poblado de vegetación.

Es después cuando empieza el ascenso a Cerro Muriano en un tramo de gran dificultad por la subida. Un cartel junto a la entrada al santuario marca el punto de partida por la Loma de los Escalones. Poco a poco, la sierra inunda el recorrido y, pasados unos kilómetros, da un respiro. Tras un corto tramo por carretera, hay que tomar un desvío hacia la cuesta del Arrastraculos. Cerro Muriano ya está cerca y, una vez llegado, el ciclista atravesará la barriada cruzando la antigua vía de tren y dirigiéndose al camino de los Pañeros. Comienza la bajada, pasando por la mina de cobre. Más adelante habrá que tomar un desvío por un camino descendente entre pinos y pedalear durante kilómetros hasta volver a la ciudad.

SUBIDA AL CORTIJO DERRUIDO

Ruinas, caudales y naturaleza

La mezcla de ruinas, caudales y naturaleza convierten a esta ruta en una oportunidad perfecta para recorrer una parte de Córdoba a pedales. Y lo mejor es que no requiere una gran capacidad física. Este recorrido, de nivel intermedio, tiene una distancia de apenas 6,6 kilómetros y un desnivel positivo de 197 metros. En el parque del Doctor Alfonso Carpintero o de Chinales comienza el circuito, que transita por El Naranjo para acabar llegando a Santo Domingo. Dirigiéndose al Arroyo Pedroche y circulando junto a este, hay que tomar un sendero ascendente (PR-A 332). La mayor partre del itinerario transcurre por este último sendero.

Al llegar al Puente de Hierro y pasar bajo su estructura, el ciclista debe continuar la subida, en esta ocasión junto al Arroyo de Santo Domingo. El cauce conduce hasta el santuario que toma nombre del caudal. Desde el puente, la frondosidad de la vegetación se va haciendo cada vez más notoria, mientras la senda va introduciéndose en Sierra Morena. Entonces, la belleza del agua en arroyos como el de Pedroche y Santo Domingo se conjuga con el esplendor verde de la sierra cordobesa. En cierto punto del camino, antes de llegar al santuario, se abre paso un desvío por el sendero SL-A 92, que hay que tomar para llegar al destino propuesto en esta ruta. Entonces, girando a la derecha, un ligero ascenso conduce al ciclista a las ruinas de un antiguo cortijo, una imagen para enmarcar, con un fondo de cumbres suaves y verdes composiciones que colman la vista. 

CAMINO DE GRANADA

Recorrido de época califal

Un recorrido califal se abre a los ciclistas en plena ciudad. En la calle Fray Albino comienza un carril bici que conduce por el camino que unía la capital de Córdoba con Granada, utilizado antaño en época califal, y que hoy brinda una buena oportunidad para pedalear a lo largo de 26,4 kilómetros

Durante el trayecto, tesoros como dos antiguos puentes romanos se regalan al usuario que, al final del recorrido, puede hallar un destino de gran reclamo. Antes hay que dirigirse a la Calahorra de forma paralela al río, para luego girar a la derecha hasta el C3A y, una vez más, a la derecha hasta llegar a la Acera del Río, donde se emprende un último tramo urbano hasta salir de Córdoba y tomar la antigua carretera de Castro del Río.

En el primer cruce de caminos habrá que tomar el que gira a la derecha para ascender durante un buen tramo entre cultivos. El camino continúa en línea recta y, hasta el final, cruza arroyos como el Trinidades y el del Jaco. En la última parte del recorrido, un cruce permite tomar la carretera que une Santa Cruz con Bujalance o, como se recomienda en esta ruta, circular junto al cortijo del Castillejo de Teba, a la izquierda, para llegar a un destino privilegiado. Esta ruta ciclista culmina en las ruinas de Ategua, donde el ciclista podrá disfrutar de un enclave arqueológico de lujo, que alberga restos íberos y romanos, rodeado de cerros. Esta ruta lineal requiere una alta preparación física al tener un desnivel positivo de 657 metros. 

DESCANSADERO DE LA GITANA

En la falda de Sierra Morena

No hay que alejarse mucho de la ciudad para disfrutar de los encantos naturales que rodean a Córdoba. La siguiente ruta combina a partes iguales tramos urbanos y verdes. Parte de la ciudad y finaliza en la falda de Sierra Morena. Pero, antes de eso, hay que recorrer 7,4 kilómetros, con poca dificultad y un desnivel positivo de apenas 166 kilómetros. Comienza subiendo por la calle Barón de Fuente de Quintos para llegar a las cercanías del Parador de la Arruzafa. En la rotonda hay que seguir por la izquierda y, luego, tomar la calle Mejorana hasta la calle Lentisco, que se funde con el Parque del Patriarca. A la izquierda, comienza un descenso por la arboleda del parque que va a parar a un olivar.

Frente a este, un nuevo giro a la izquierda lleva a un cruce de caminos. Hay que seguir por la derecha. El propio sendero girará una vez más entre pastizales hasta llegar a la carretera de Trassierra. La postal de la sierra de fondo acompaña al ciclista en todo momento. En dicho punto, una pista junto al canal del Guadalmellato da continuidad a la ruta. Tras unos minutos, un puente salva la infraestructura y abre las puertas a la Vereda de Trassierra. Tomando esta, el camino comienza a acercarse a la falda de la sierra. La naturaleza empieza a ganar protagonismo. El sendero deja a un lado unas antiguas canteras y frondosos olmos, higueras o zarzas. El camino enlaza con la senda hacia Santa María de Trassierra. Al inicio, se halla el Descansadero de la Gitana, que dispone de un oportuno merendero.

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