Es redonda y se hornea, pero no es una tarta. Tampoco un donut ni una rosquilla. De hecho, no es dulce, aunque haya restaurantes que se empeñan en repensarla para que se convierta en postre rozando casi el sacrilegio. Pero, pese a ello, casi no tiene detractores. Por supuesto, hablamos de la pizza.

Pero el término 'pizza' engloba muchas cosas. Porque no es la misma pizza la que se hace en el norte en Italia que en el sur y, por supuesto, poco tiene que ver con la que se elabora en Estados Unidos. En esencia, es una masa horneada sobre la que se colocan 'toppings'. Y tiene que llevar una buena salsa de tomate y mozzarella de calidad. A partir de ahí se abre una lucha por saber quién tiene el honor de haber creado la pizza original.

Para muchos, esa carrera la va ganando Nápoles. En esa región italiana se elabora una pizza de masa fina, pero con los bordes gruesos. Está reconocida con el sello de producto agroalimentario tradicional en el país. Pero no son sus únicas particularidades. La harina de trigo empleada debe ser altamente refinada, del tipo 0 o 00, y la salsa de tomate ha de ser casera y condimentada con orégano. Además, la forma debe lograrse a mano, sin ayuda de un rodillo.

La única dificultad que tiene esta receta para poder elaborarla en casa es que la masa debe empezar a prepararse con 24 horas de antelación. Por lo demás, solo queda tener paciencia y elegir ingredientes de calidad.

Una pizza napolitana, antes de hacerse en el horno. Shutterstock

Ingredientes

  • 200 gramos de harina de trigo
  • 130 mililitros de agua tibia
  • 8 gramos de sal
  • 1 gramos de levadura seca de panadería
  • Salsa de tomate
  • Mozzarella flor di latte
  • Albahaca
  • Aceite de oliva virgen extra

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Elaboración

  • La pizza napolitana se debe empezar a preparar el día antes de consumirla. El primer paso es hacer la masa. Para ello solo hay que integrar la harina, el agua y la levadura y trabajar la masa durante unos quince minutos, hasta lograr que esté elástica. Ese es el momento de añadir la sal. Amasar un poco más y formar una bola.
  • Esta debe envolverse en un paño húmero y limpio, y debe estar 24 horas a temperatura ambiente. Durante ese tiempo, en el momento en el que haya doblado su volumen, pasar a la nevera hasta que se complete ese día de reposo.
  • Llega el momento de finalizarla. Para ello, hay que dividir la masa en dos y trabajar cada una de las dos porciones de dentro hacia afuera, de manera que los bordes queden un poco más gruesos que el centro.
  • Es el momento de poner los 'toppings'. Primero, la salsa de tomate casera, que se debe extender con una cuchara para que toda la superficie quede completamente cubierta. Después toca disponer la mozzarella troceada.
  • Hornear a la máxima temperatura posible durante unos cinco minutos, o hasta que la masa esté hecha.
  • Rematar con unas hojas de albahaca fresca y un chorro de aceite de oliva.