Una de las tareas más incómodas dentro de la cocina es cortar la cebolla. A pesar de intentar buscar las mil formas de librarnos de las molestas lágrimas, no parece existir nada que lo evite, haciendo que se nos nuble la vista y que, una tarea sencilla, pueda acabar siendo especialmente peligrosa. 

Pero ¿por qué ocurre con la cebolla y no con otras hortalizas y verduras? ¿Existe algún método milagroso para poder evitarlo? Todas las respuestas son más sencillas y fáciles de lo que imaginas.

¿Por qué la cebolla nos hace llorar?

La cebolla contiene en su interior una serie de sustancias irritantes que exhala cuando es pelada o cortada. Estas sustancias se esparcen en forma de vapor, llegando hasta los ojos. Estos, muy sabios ellos, deciden protegerse creando una cortina de lágrimas.

Aunque esta sustancia, llamada propanotial, tiene un radio de acción pequeño, como mucho 90 centímetros, es muy intensa. Es así como al ser respirada produce un efecto irritante, haciendo que aflore el llanto e, incluso, se irriten las fosas nasales, provocando cierto moqueo.

Los mejores trucos para cortar cebolla sin lágrimas

  1. Partir la cebolla por la mitad y sumergirla en agua fría durante unos minutos. Después secarla y cortar.
  2. Utilizar un buen cuchillo, bien afilado y que corte con precisión. Así el trabajo será más rápido y estaremos menos tiempo expuestos.
  3. Untar el filo del cuchillo con vinagre. Aunque resulta mucho más efectivo si cortas la cebolla por la mitad y la sumerges en un recipiente con vinagre blanco durante 10 minutos. Pasado el tiempo la secamos y cortamos con tranquilidad.
  4. En el mercado puedes encontrar gafas especiales para cortar cebolla que intentan proteger cualquier orificio por el que pueda colarse la sustancia irritante.
  5. Otros pequeños detalles pueden ser: alejarse de la zona de corte y evitar ponerse en lugares donde haya corrientes de aire.

Sea cual sea el truco que utilices, lo importante es que no pierdas de vista el cuchillo. Puede suceder que con las prisas y los ojos anegados en lágrimas suframos algún indeseable accidente. Así que mejor tomarlo con calma.