El flamenquín forma parte de la cultura cordobesa, por lo que resulta un plato imprescindible para aquel que quiera adentrarse en la tradición culinaria de Córdoba. La elaboración, a priori, parece sencilla: lomo de cerdo con jamón, rebozado y frito. Pero el buen hacer, la tradición y la calidad de los productos puede marcar la diferencia. Y, si bien estos son los ingredientes clave de la receta tradicional, los flamenquines han evolucionado -como todo en la vida- y se han convertido en todo un arte, una mezcla de tradición e innovación obra de las mejores cocinas de Córdoba. Hoy te mostramos diez propuestas para degustar este plato típico cordobés.

Bodegas Campos

Para adentrarse en la tradición, ¿qué mejor que viajar al siglo pasado? Un conjunto de antiguas casas y patios cordobeses -en la calle Lineros, 32- componen hoy el restaurante Bodegas Campos. Esta taberna, abierta al público en 1995 ha sido lugar de encuentro de celebridades nacionales como el rey Felipe VI, la Duquesa de Alba o Carmen Sevilla. Situada en un entorno privilegiado, tras la Ribera y a un paseo de la Mezquita-Catedral, tiene entre sus platos estrella el flamenquín de cabezal ibérico.

La Tinaja

En la terraza de La Tinaja -en Paseo de la Ribera, 12-, el comensal puede disfrutar de uno de los mejores flamenquines de Córdoba mientras disfruta del sol y de las vistas al Guadalquivir. O bien puede optar por un interior confortable en los tradicionales salones de un restaurante que mezcla tradición e innovación en sus fogones. Porque al "saber hacer" del que presumen desde este local, hay que sumar una ubicación que invita al disfrute. Porque no todo en la comida es comer.

Taberna Epora

A un paso de la Ribera, cerca del Molino de Martos, la Taberna Epora ofrece uno de los mejores flamenquines cordobeses, elaborado como dicta la receta tradicional. En la calle Campo Madre de Dios, 48, este restaurante dispone, además, de una terraza, rodeada de plantas y flores, que bien podría ser un patio cordobés.

Flamenquín de Taberna Epora. Taberna Epora

Bar Hermanos Bonillo

En el Bar Hermanos Bonillo, los flamenquines son monumentales. Y el cliente, además de devorarlo, siente la necesidad de fotografiarse junto a ellos. No es para menos. Rara vez puede uno encontrarse con un flamenquín de medio metro. La pregunta es, ¿podrás acabártelo? Este bar familiar -en la calle Sagunto, 27- ha adquirido una gran popularidad entre los cordobeses en los más de treinta años que suma en funcionamiento.

La Cigala del Sur

Hay pocas cocinas que ofrezcan de un plato una diversidad tan grande. La Cigala del Sur -en Avenida Virgen de los Dolores, 10- suma en su carta hasta 14 variedades de flamenquines. Los hay tradicionales, de queso, pata negra -con jamón ibérico-, flamenca -con gambas-, de pollo, de queso roquefort o de pollo con queso philadelphia. En otros mezcla platos tradicionales cordobeses: serranito -con pimientos verdes- y de rabo de toro. Y, para los más atrevidos, elabora recetas como el flamenquín carbonara -con cebolla caramelizada y bacon-, italiano -con pepperoni y queso-, bandolero -con salsa barbacoa, bacon y cebolla-, americano -con bacon, queso y langostinos- y noruego -con salmón, gambas y queso-.

El Globo

Otra muestra más de la innovación culinaria en torno a la tradición puede encontrarse en El Globo. Este restaurante moderno, situado en la Avenida del Brillante (2), ofrece dos flamenquines muy especiales. Para los amantes de la carne, el flamenquín de presa con crema de boletus podría ser un manjar irresistible. Sin embargo, si eres más de pescado puedes atreverte con el flamenquín de pez espada relleno de langostinos.

Casa Rubio

Córdoba, un patio andaluz y un flamenquín. Casa Rubio, en plena Judería -en la calle Puerta de Almodóvar, 5-, mezcla una receta de calidad con un ambiente de encanto. Esta taberna, fundada hace más de un siglo, en 1920, es una opción ideal para deleitarse con uno de los platos estrella de la ciudad. Además, en este restaurante le dan un toque especial a la elaboración añadiendo queso parmesano en polvo.

La Cazuela de la Espartería

Se ubica junto a uno de los símbolos más conocidos de Córdoba y ofrece un flamenquín cordobés de gran calidad. Al lado de la Plaza de la Corredera -en la calle Rodríguez Marín, 16-, este restaurante fundado en 1998 es, sin duda, un lugar ideal para degustar uno de los platos tradicionales de la provincia.

Flamenquín cordobés de La Cazuela de la Espartería. La Cazuela de la Espartería

Taberna Rincón de las Beatillas

En las cercanías del Palacio de Viana, la Taberna de las Beatillas es una parada obligada si se quiere disfrutar del auténtico flamenquín cordobés. Este restaurante -en Plaza de las Beatillas, 1- abre las puertas a un antiguo edificio que antes fue una gran casa de vecinos, con varios salones -antes estancias- que se distribuyen alrededor de un patio, en el que, por supuesto, también se puede comer.

Tabgha

Lleva por nombre el lugar donde Jesús efectuó el milagro de los panes y los peces, pero en Tabgha lo que multiplican son las oportunidades para los jóvenes en riesgo de exclusión. Este restaurante, creado en diciembre de 2014, cumple siete años ofreciendo una cocina de calidad ligado a un proyecto social único. En su carta, además, cuenta con el delicioso flamenquín de lomo tradicional y una receta más vanguardista, elaborada con ternera y queso roquefort.