Cocinar es una de las cosas más relajantes que existen. Ponerse manos a la obra e intentar hacer esa receta que llevas tiempo queriendo probar o atreverte a replicar ese plato que tan bien le queda a tu madre, a un amigo o que degustaste en tu restaurante favorito, es siempre un reto de lo más gratificante. Eso sí, el resultado no es siempre satisfactorio y a veces hay que intentarlo varias veces hasta que sale bien.

Pero si el error es pequeño, puede ser solventado con algunos pequeños trucos que nos ayudarán a salvar el plato. A continuación, te mostramos cinco trucos de cocina que te serán de mucha ayuda en esas situaciones:

Te has pasado con la sal

Uno de los errores más comunes es pasarnos con la cantidad de sal. Lo más adecuado para solucionar este problema es verter algo de líquido, lo cual hará diluir la potencia del sabor. También puede ser una buena solución añadir al plato alguna verdura pochada que tenga un sabor dulce, como puede ser la patata, la zanahoria o la cebolla y dejarlo cocer todo junto un rato.

Si has echado demasiado picante

A veces ocurre que no medimos bien la cantidad de un ingrediente. Con el picante es un problema gordo, ya que produce un sabor tan fuerte que puede hacer que se estropee todo el plato y no haya quien lo pruebe. Un truco para rebajar ese sabor a picante es añadir algo de fruta o de lácteo (como utilizan muchas veces en la cocina hindú). También echar un poco de nata líquida o leche de coco puede ayudar a rebajar la intensidad.

Cómo arreglar unas lentejas quemadas

En primer lugar, es fundamental que no remuevas las legumbres. Si huele a quemado, dalo por hecho. No es necesario que metas la cuchara para comprobarlo. Así evitas males mayores.

Lo siguiente que debes hacer es vertirlas en otra cazuela. Ponlas de nuevo en el fuego y sigue cocinándolas, añadiéndoles un poco más de agua, así como unas hojas de lechuga (o unas patatas peladas) -que servirán para absorber el sabor a quemado- y dejalas cocinando otros cinco minutos.

Por último, a la hora de servirlas, debes echar un chorrito de aceite en cada plato.

Se te ha pasado la pasta y está blanda

Si nos pasamos unos minutos, puede suceder que la pasta cocida nos quede demasiado blanda, pero esto también tiene solución. Lo primero, lógicamente, es retirar la comida del fuego y escurrirla para que no siga poniéndose más blanda.

Si se te ha pasado poco, lávala en el mismo escurridor con agua fría y después saltéala en la sartén con un poco de aceite.

En caso de que se te haya pasado demasiado, reutilízala para una sopa o gratínala en el horno, poniéndola en la fuente añadiéndole acierte de oliva y el resto de ingredientes que tuvieras preparados.

El caldo está demasiado grasiento o líquido

En el caso de que un caldo te haya quedado demasiado grasiento, la mejor solución es meter el recipiente en la nevera hasta que el frío haga que la grasa se solidifique en la parte de arriba. Después, retira esa parte y habrás eliminado gran parte del exceso. En el caso de que el caldo te haya quedado demasiado líquido en unas legumbres, lo que puedes hacer es retirar parte con un cazo y triturarlo con parte de la legumbre. Después, lo vuelves a verter y lo remueves bien, obteniendo así un caldo más consistente.