Diario Córdoba

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Al margen

'El sol del futuro'

«Difícil que no guste a quien ame el cine»

Un fotograma de la película 'El sol del futuro'. CÓRDOBA

Nanni Moretti nos regala una película que difícilmente no gustará a quien ame el cine. A menos que la vea en versión doblada, pues el resultado es nefasto gracias a unas voces extremadamente fuera de tono y unas mezclas que dejan sin volumen la banda de sonido ambiente y con una presencia inadecuada para las falsas interpretaciones de una dirección de doblaje bastante reprochable. Bastaría como prueba ese pequeño segmento del filme donde Giovanni, el protagonista, canta con su voz original dentro del coche que le lleva hasta el rodaje.

Cine dentro del cine y mucho más es lo que nos encontramos en la última cinta del director de Caro diario y Abril, por citar algunos de los títulos que se han referenciado después de su estreno. Podríamos aventurar que Moretti realiza en cine ese genero que tan de moda se ha puesto en literatura, el de la autoficción. Seguro que ha tenido más de un problema de producción a la hora de llevar a cabo sus proyectos. Memorable la escena en que confronta con unos ejecutivos de una conocida plataforma audiovisual que le ofrece ver su producto (ojo, no su película) en 190 países. Las diferencias con el director que su mujer (Margherita Buy) produce, la aparición y desaparición de un productor (Mathieu Amalric) que deja el rodaje en bancarrota hasta que aparecen unos coreanos como deus ex machina para salvar el proyecto suspendido por falta de medios económicos.

Aunque lo que verdaderamente salva la situación comprometida, a todos los niveles, que sufre el protagonista es, siempre, la música. Como la canción de Franco Battiato, que días después del visionado seguirá en la cabeza del espectador, igual que la imagen del equipo de rodaje danzando. Hay momentos como éste para el recuerdo, el paseo en patinete; algunos destellos cómicos, como la presentación del novio de la hija, la relación entre los dos intérpretes del filme que están grabando, el trabajo de mesa previo… Y siempre envolviéndonos en ese aire de ensoñación donde se mezcla realidad y ficción, como tan bien sabía hacer Fellini.

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