Diario Córdoba

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Al margen

Maestro (s)

La película está inspirada en otra titulada ‘Pie de página’, de Joseph Cedar

Una escena de la película 'Maestro (s)'. CÓRDOBA

La competencia artística entre padre e hijo está muy presente en esta cinta. Dos directores de orquesta que, aun siendo familia, no saben comunicarse y llevan distanciados mucho tiempo. A partir de un malentendido, surgirá la ocasión. Pierre Arditi compone el personaje antipático, el director de orquesta experimentado que está finalizando su carrera artística y que, después de haberlo hecho casi todo, recibe una llamada con la propuesta que lleva soñando toda su vida. Por otro lado está el protagonista que hace Yvan Attal, su hijo, el director de moda recientemente premiado. Y la distancia entre ambos está ahí, como un personaje más, para salvar poco a poco hasta la resolución del relato.

Ambos intérpretes están impecables. A la vez, hay unas actrices de reparto que acompañan con suma generosidad a los citados, me refiero a Miou-Miou -la mujer con la que lleva viviendo 50 años el más veterano-, a Pascale Arbillot -la agente, exmujer y madre del hijo (Nils Othenin-Girard) del más joven- y Caroline Anglade -amante y violinista con problemas de audición, aspirante a concertino-. Hay un juego de simetrías en los personajes que desembocarán en un inesperado giro dramático.

La película está inspirada en otra titulada Pie de página (2011) de Joseph Cedar, quien aparece en los créditos como autor de la idea que ha dado lugar al guion escrito por Yaël Langmann y Cecilia Rouaud, junto a Bruno Chiche -el director francés especialista en comedias, que se responsabiliza de este enredo con la música clásica como telón de fondo, aunque en el original la competencia entre progenitor y vástago se enmarcaba en el mundo de la educación, ambos eran profesores de Talmud que se debatían entre vencer el orgullo y la envidia-.

Estamos ante una cinta que se ve y, sobre todo, se escucha con facilidad e interés. A ratos se presenta divertida, agradable en cuanto a la selección musical -como no podía ser de otra manera- y poseedora de un ritmo adecuado como para que no decaiga. En definitiva, como se suele decir en el argot teatral: una pieza bien hecha.

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