Pasados unos días de asistir al estreno de esta película, qué queda en mi memoria... pues algunos bellos recuerdos, como la sensación de haber sido testigo de cómo se fragua una bella y frágil amistad entre dos personas tan diferentes como los personajes que encarnan de maravilla el magnífico Karra Elejalde (muy contenido en esta ocasión) y el que da nombre al filme, que representa con inteligencia y sensibilidad Ivan Barnev. El primero, un arquitecto jubilado; el segundo, alguien que ha venido de muy lejos y se encuentra en una situación desesperada. Ambos son responsables de la incuestionable verosimilitud que otorgan a sus personajes, y en consecuencia al relato. Sin embargo, el filme que tan bien ha filmado y escrito Avelina Prat nos regala situaciones donde se retrata el cinismo de una sociedad que no es nada tolerante con el extranjero, alguien completamente desaprovechado por sus virtudes y fortalezas, alguien procedente de Bulgaria que domina el ajedrez y el bridge -entre otras cosas-, pero que no tiene donde dormir ni acceso a un puesto de trabajo, siendo un misterio para quienes se acercan a él y, en otros casos, una amenaza.
La historia está construida a base de diálogos muy bien escritos (no sería complicado armar una pieza teatral a partir de ellos), donde los silencios juegan un papel importante, así como la música (solos de instrumento de viento, que adquieren un papel fundamental) que acompaña al caminante en la búsqueda de un lugar que le acoja, aunque siempre choca con la incomprensión de la administración y el sistema. La película posee muy buenas intenciones y resultados, la madurez que demuestra esta cineasta en su ópera prima resulta sorprendente. Además se sostiene con un tempo propio y medido, gracias al ritmo justo con que ha sido montada la producción. Aunque, desde luego, se sostiene gracias a la química que han creado entre ellos los dos actores protagonistas; asistidos por los intérpretes de reparto que completan el casting, como la siempre eficaz Alexandra Jiménez en el papel de hija del arquitecto y Susi Sánchez como compañera de juego.H
