No sé qué tiene que ver este título con el original (My Salinger Year), en fin... La película que ha realizado Philippe Falardeau, autor de la notable Profesor Lazhar, está basada en el libro Mi año con Salinger, de Joanna Rakoff, la agente literaria que tuvo a su cargo la obra del autor de El guardián entre el centeno. No es la primera producción que utiliza la figura de este enigmático escritor en su argumento, de hecho, no hace tanto se hizo un biopic titulado Rebelde entre el centeno (2017) que, desde luego, no estaba a la altura del biografiado.

Ahora, el escritor sólo aparece silueteado y muy al fondo. El retrato de esta amable cinta no es otro que el de una aspirante a escritora, encarnada en Margaret Qualley (hija de Andie McDowell, de quien ha heredado su encanto), que consigue un puesto como ayudante de la directora (papel que recae en la carismática Sigourney Weaver) de una gran agencia literaria. En realidad, su trabajo consistirá en responder las cartas de los seguidores de Salinger con respuestas tipo.

Poco a poco irá involucrándose hasta sobrepasar determinadas líneas rojas que marca la empresa, incluso intentará ponerse en el lugar del destinatario respondiendo y suplantándolo con las mejores intenciones. En definitiva, el asunto se centra en la vida de esta joven recién llegada a la gran ciudad, sus amores y su lucha por sobrevivir en el día a día entre el mejor ejercicio de su trabajo y el sueño de cumplir su vocación artística.

No obstante, si alguien deseara realmente acercarse a la figura de J. D. Salinger y profundizar en su vida novelada le recomendaría el libro de Frédéric Beigbeder Oona y Salinger. Entre la fábula y los hechos, se atreve con elegancia a realizar todo un ejercicio de historia ficción, llegando a conmover al lector con el relato de amor y desamor de la hija del dramaturgo, Eugene O´Neill, y el Salinger escritor de relatos que lucha por publicar en revistas de la época, a mediados del siglo XX.