Nos espían. Estamos vigilados. No tenemos secretos, cualquier rastro digital que dejemos puede comprometernos si alguien quiere utilizarlo en nuestra contra. Son muchas las noticias que han aparecido sobre este tipo de prácticas corruptas que abarcan todas las esferas de la sociedad. Algunas sirven para desenmascarar redes de pederastia o de narcotráfico. Pero otras, parecen orquestadas por algún ente anónimo para el acoso y derribo de la intimidad de una figura pública o de algún ciudadano con información comprometida. ¿Existen esos dosieres de control? 

'Código emperador' nos plantea una organización secreta dentro de la policía que vive en la sombra y que se dedica a monitorizar objetivos sensibles. En ella trabaja Juan (Luis Tosar), un hombre hermético que se ha construido a su alrededor un caparazón para que nada le afecte, hasta que comience a tener dilemas éticos con su cometido. "Una cosa es buscar mierda, y otra tirársela encima", dice en un momento del filme.

"Queríamos hacer un 'thriller' sobre las cloacas del poder", cuenta Jorge Coira, director de la película. "Por supuesto, el caso Villarejo siempre estuvo presente, pero no queríamos partir de algo tan concreto, nos parecía más interesante configurar un mecanismo de ficción que nos diera la posibilidad de hablar de todos los temas y los conflictos que nos interesaban, teniendo en cuenta que nos movíamos en un terreno resbaladizo". 

Jorge Coira, que ganó el Goya al mejor montaje por 'El desconocido', de Dani de la Torre, ha orquestado una maquinaria extremadamente compleja de espionaje que funciona con una precisión asombrosa. Una de sus particularidades reside en que buena parte de la información que recibe el espectador aparece a través de pantallas de móvil o de ordenador, de cámaras de vigilancia y de otros dispositivos. "Fue un lío importante, porque había muchas secuencias que ocurrían íntegramente en esas pantallas y tuvimos que hacer un ejercicio de concreción para que todo fuese legible, que la narración fuera clara y lo pudieras entender todo en un solo golpe de vista". 

Como añade Coira, la parte positiva es que el espectador se involucra en este juego y se requiere su participación activa. Como referencia, cita ‘Juegos de guerra’ (1983), una de las primeras películas que utilizaron la informática para descifrar códigos secretos. "En realidad las pantallas se han convertido en un elemento imprescindible en nuestras vidas, nos mensajeamos, miramos redes sociales, nos comunicamos a través de ellas y están presentes en prácticamente la totalidad del cine actual, aunque no sea un elemento fundamental, como en este caso". 

‘Código Emperador’ llega precisamente en un momento en el que las teorías conspiranoicas vuelven a vivir una época dorada. "Las conspiraciones han existido siempre, pero aquí nos centramos en el manejo de poder de las élites. Las redes sociales han promovido todas estas locuras que se esparcen sin cesar. Es curioso que, en la supuesta era de la información, estemos tan desinformados". Coira ha escrito el guion de la película junto a Jorge Guerricaechevarría y ha tenido la oportunidad de reclutar como protagonista a su amigo de la infancia, Luis Tosar. "Cuando teníamos 15 años y hacíamos teatro y nuestras cosas, ya uno se daba cuenta de lo bueno que era, pero ahora, además de toda la intuición que tenía, ha añadido experiencia y es un auténtico espectáculo verlo trabajar".