Vuelve el maestro dos años despues al Ambigu Axerquia

Tomasito no necesita presentación. Resultaría complicadísimo sintetizar en unas pocas líneas la trayectoria de este artista genial que se atreve a respirar con tanta libertad en el compás de su tiempo, a decantar esa mezcla tan personal e inconfundible de flamenco, rumba, rock 'n' roll, funky e incluso hip hop en álbumes como "Azalvajao" o el recopilatorio de sus grandes éxitos "Ciudadano gitano".

Tomasito es un personaje único, maravilloso. Uno de esos personajes que si no existieran habría que inventarlos. Y lo inventó un tal Tomás Moreno cuando era una criatura: el Niño Robot sigue haciendo las delicias de los aficionados más heterodoxos siempre con el humor y el soniquete como bandera. Su baile es único, capaz de retorcer un poco más el soniquete sólo para provocar una sonrisa. O una carcajada. Tampoco es un "Paparoti", que diría el maestro Chano Lobato, ni falta que hace. Eso sí, siempre pensé que su repertorio no estaba a la altura del enorme showman ante el que nos encontramos. Podemos pensar que el repertorio es sólo una excusa para hacer un espectáculo.

Tomasito entiende lo puro como una búsqueda de la esencia de su forma de ser, en desnudar la música y simplificar el sonido. El juego de Tomasito con lo puro hace énfasis en la libertad creativa de un artista que se presenta sin adornos y en pequeño formato, jugando con su raíz flamenca, sin dejar de lado su esencia, que incluye una intensa relación con el rock, rap y punk más urbanos. Guitarra flamenca, guitarra acústica, bajo y batería son los elementos sonoros que acompañan este repertorio acústico que recorre muchos estilos del flamenco desde un punto de vista "marca Tomasito". En este concierto conviven AC/DC por tangos con una Soleá-punk y los fandangos son una forma de expresión contemporánea. No faltarán el baile y los continuos juegos rítmicos de un bailaor showman que igualmente es capaz de arrancar aplausos en una tabla de medio metro cuadrado como en un escenario olímpico.