"Desde siempre mi manera de sentir y percibir las cosas era distinta a la de mayoría de personas que tenía alrededor. Se me veía exagerada, o que era muy intensa, muy idealista. Me afectaban mucho las cosas y me planteaba cuestiones demasiado profundas a edades en las que se esparaba que estuviera en la calle con mis amigos", cuenta Clara Ramiro Guzmán desde Sevilla.

Esta psicóloga especialista en alta sensibilidad y presidenta de la de la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (aPASe) sabe de primera mano lo que es sentirse, en ocasiones, distinto a los demás. Tras su segunda estancia en el extranjero y movida por la búsqueda de respuestas sobre su forma de ser descubrió que pertenecía a ese pequeño grupo de Personas con Alta Sensibilidad (PAS).  "Tal descubrimiento me proporcionó la pieza que faltaba para que el resto de piezas terminaran de encajar. Este suceso motivó que profundizara en el conocimiento de dicho rasgo de personalidad y que me especializara profesionalmente en él. Así, en la actualidad, la gran mayoría de los procesos de acompañamiento terapéutico que realizo son a personas altamente sensibles", detalla.

Una PAS tiene capta más detalles y sutilezas en el entorno; son más receptivos y reactivos a nivel emocional; procesan la información con más profundidad y su sistema se sobre estimula más fácil

Pero, ¿qué implica exactamente ser PAS?

Según el Instituto de Profesionales de la Alta Sensibilidad, "es una característica presente aproximadamente en un 20-30% de la población y que supone una mayor sensibilidad emocional y mayor reactividad en el sistema nervioso central de la persona". En palabras de Ramiro, "la alta sensibilidad es un rasgo de personalidad y esto quiere decir que hay un conjunto de características que se mantienen estables en la persona a lo largo del tiempo y que hacen que su comportamiento sea, en cierta manera, predecible".

una persona con alta sensibilidad es alguien que tiene rasgos de la personalidad, características estables a lo largo del tiempo, que hacen que su comportamiento sea predecible. Es sensibilidad al procesamiento sensorial determinado por un componente genético".

Así, la persona que cuenta con el rasgo PAS -algo que no es ni bueno ni malo- "tiene más capacidades de captar detalles y sutilezas en el entorno; a nivel emocionalidad y de empatía son más receptivos y reactivos; procesan la información a un nivel más profundo y su sistema se sobre estimula más fácilmente".

LOS 4 RASGOS PRINCIPALES DE UNA PAS

  • Percepción sensorial intensa acompañada de una capacidad para captar gran cantidad de matices y detalles del entorno.
  • Un exceso de información sensorial que puede producir una saturación física o emocional.
  • Procesamiento profundo de la información recibida y reflexión sobre la misma de manera profunda.
  • Gran capacidad empática y fuerte emocionalidad.

Y aunque desde el campo de la psicología han sido muchos los que han profundizado en este rasgo neurológico, fue en los años 90 cuando la psicóloga Elaine Aron acuñó el término PAS y determinó los rasgos fundamentales que hacían de un individuo altamente sensible. La doctora resumía el rasgo como "las personas altamente sensibles piensan y sienten todo más profundamente, no porque sean débiles o imperfectos, sino por su genética". Además creó un test al que tiene acceso todo aquel que sospeche que puede pertenecer a este grupo de población.

Según Ramiro, partiendo de los cuatro pilares de Aron, "se despliegan un montón de características concretas que se les atribuyen a ellos como llorar con facilidad, tener molestia por los sonidos…", concreta, para añadir que "aunque no siempre, en general hay una visión bastante negativa sobre lo que implica ser PAS. Se habla de ello como si fuera un castigo y realmente es algo biológico con una base neurofisiológica demostrado científicamente, hereditario y que está presente tanto en hombres como en mujeres por igual".

"Tengo problemas con tareas diarias y me siento incomprendida"

Marta -nombre ficticio- tiene 37 años y hace siete que descubrió, a través de Internet, que era una Persona Altamente Sensible. Siempre había notado algo, ella no funcionaba como el resto. Fue en la página web de Elaine Aron donde descubrió que pertenecía a ese 20% con este rasgo. "Una de las cosas que más noto es la empatía excesiva con los demás, también me saturo mucho con los ruidos y cuando estoy rodeada de mucha gente, (en un concierto, el centro de una ciudad, un centro comercial). En esas situaciones me agobio y luego necesito mucho tiempo para mí, para desintoxicarme. También me di cuenta de que necesitaba bastante tiempo a solas, sin estímulos, para estar mejor", explica.

Además, reconoce tener problemas "con tareas diarias que a los demás no les cuesta hacer, como la organización, responder mensajes o devolver llamadas, o la priorización de tareas".

Con gran sensibilidad por las artes y la creatividad -otro de los rasgos- también explica que "le doy mucha vueltas a las cosas, sobre pienso, analizo todo, da igual la situación en la que esté. Además, percibo cómo se siente la gente en cada momento y eso me hace sentir incómoda. Si alguien está mal yo también me pongo mal".

Marta reconoce que el mayor problema que ha tenido con ser PAS es sentirse incomprendida. "Falta mucha información. Los que sabemos que lo somos es a base de buscar, no entiendes qué te pasa, piensas que tienes algún tipo de trastorno, pero no es eso, es una cualidad que hay que trabajar para que se sepa manejar, gestionar y que no condicione tu vida".

Todo depende del contexto

Así pues, Ramiro deja claro que contar con el rasgo de ser PAS no es malo, ni bueno, pero tiene gran importancia el entorno en el que se haya criado una persona para que no conlleve problemas, como pueden ser trastornos depresivos o de ansiedad. "El contexto es la clave. Si tu contexto te ha acompañado en la sensibilidad de una manera constructiva y positiva no pasa nada, te desarrollas y creces con confianza y seguridad. Aprendes a regular las fuentes de sobre estimulación que hay a nivel sensorial, aprendes a conocerte y regularte", indica. "El problema es cuando la sensibilidad no se acompaña bien y genera problemas de autoestima, de sentirte incomprendido… te lleva a que en algún momento te sientas mal y desarrolles algún trastorno".

Aunque sí reconoce que "la mayoría en algún momento buscan apoyo, pero el hecho de que lo busquen no quiere decir que tengan una crisis muy gorda, sino que les gusta entender quienes son y qué les pasa, Muchos se acercan por querer buscar respuestas. No todas las PAS llegan a eso por estar pasando un proceso malo o un desarrollo depresivo, no tiene por qué". 

La psicóloga está convencida de que a todas las personas que han descubierto el rasgo "les ha aportado algo". "Si lo usas de manera constructiva y no como etiqueta que lo justifique todo, para aprender y para ponerte en la horma de tu zapato, alivia un montón. Te ayuda a aceptarte y a valorar lo que eres, quien eres y por ende, aportar lo mejor de ti".