La voluntad existe y solo queda que las instituciones den el pistoletazo de salida al trabajo para establecer una marca Córdoba y comenzar a ‘venderla’. Esta fue una de las principales conclusiones de la última sesión del Foro 75 Ideas, organizado por Diario CÓRDOBA con la colaboración de la Fundación Cajasol.

Si bien no se llegó a determinar la creación de un observatorio para impulsar esta labor, como había planteado el comité coordinador formado por expertos, los representantes institucionales coincidieron en la necesidad de concretar un sello único, hacerlo con consenso y que confluyan la capital y la provincia en esta identidad. La alcaldesa de la ciudad, Isabel Ambrosio, explicó que «me preocupa más que seamos capaces de definir el concepto y qué contiene esa marca Córdoba, y el resto saldrá solo», aclarando que «no hablo de un logotipo». En su opinión, «la marca no puede dejar atrás a la provincia, la capital y la provincia son ese complemento perfecto».

Para el presidente de la Diputación de Córdoba, Antonio Ruiz, «lo importante lo tenemos en cuanto a nuestra infinita riqueza en patrimonio, en gastronomía, en hospitalidad», y abundó en que «hay otra cuestión que también es muy importante, que quizá ahí tengamos algún trabajo que hacer, que es la autoestima». Ruiz manifestó que «conozco todo lo que puede aportar el turismo al desarrollo local y provincial», y precisó que «una marca engloba un contenido de recursos, unas características de servicio y una forma que se plasma en un logotipo».

El subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, destacó como elementos que pueden integrar este sello cordobés el patrimonio, el sector agroalimentario -«incluyendo ahí la gastronomía», aclaró- la posición de Córdoba como nudo de comunicaciones y «el caudal de tradiciones». A esto sumó que en caso de que se cree un órgano para trabajar en esta línea, tendría que ser liderado por el Ayuntamiento de Córdoba y el Gobierno se sumaría a él. Primo Jurado entiende que «de las cinco ideas que vamos a ver (en el foro), creo que esta es la más importante que haya consenso».

Por su parte, la delegada del Gobierno de la Junta, Rafi Crespín, admitió que «Córdoba ya es una marca», aunque «hay que reconocer que nadie se ha puesto a trabajar en definirla». Crespín subrayó como factores que integran esta identidad la cultura, el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad y otras distinciones de la Unesco, y la gastronomía.

La Universidad de Córdoba ya está dando pasos en este camino, con iniciativas como la contemplada en el proyecto Ciudad Mundo. Su rector, José Carlos Gómez Villamandos, coincidió en que la marca existe, pero «la clave es saber lo que queremos poner en ella y, sobre todo, no ser cortoplacistas».

Gómez Villamandos precisó que «poner un observatorio lo primero sería poner el carro antes que los bueyes», ya que «hay que trabajar mucho, hablar mucho». También apuntó que tendrían que ser el Ayuntamiento de Córdoba y la Diputación provincial los que lideren esta iniciativa.

La Confederación de Empresarios (CECO) fue de las primeras entidades en reivindicar una marca y su presidente, Antonio Díaz, hizo hincapié en que «es fundamental el concepto marca, pero hay que definirlo». Así, añadió que «estamos apoyando a entidades como la Universidad y Córdoba Activa en ese trabajo», ya que «estamos a favor, pero no solo de la marca turística. Córdoba tiene que ser marca en logística, en industria, tiene que ser marca singular y de calidad».