En los tiempos actuales donde el conocimiento y el emprendimiento son los principales motores de la economía, la cooperación entre universidad y empresa es más importante que nunca.

La universidad y la empresa deberían de ser dos caras de una misma moneda. El conocimiento y su aplicación no se pueden ni se deben desvincular. Es fundamental el dialogo y la colaboración entre ambos para que se produzca desarrollo y avance. Las ideas y la práctica, la universidad y la empresa, deberían de retroalimentarse con un objetivo común: mejorar las condiciones de vida del hombre.

En estos momentos donde la necesidad de fortalecer la economía y empleo en Córdoba y su provincia es imperiosa, queremos reflexionar sobre las posibles causas y soluciones de la deficitaria comunicación entre universidad y empresas en nuestro entorno. En otros países, donde las universidades buscan principalmente fondos de financiación para la investigación entre las empresas, la colaboración es muy estrecha. Por ejemplo, la colaboración entre la universidad de Carnegie Mellon, conocida por su investigación en robótica, ha hecho que recientemente Google y Uber hayan abierto sus oficinas de automoción en Pitsburg.

Para que las universidades sean atractivas a las empresas se deben de especializar. En Cordoba, aunque existe una gran excelencia universitaria y empresarial creemos que no se están dando aún las mejores circunstancias de dialogo, alta especialización y colaboración para afrontar los retos impuestos por la globalización.

Cuando aprendemos en las aulas es difícil establecer una jerarquía del conocimiento. Solo cuando lo aplicamos distinguimos lo importante de lo superfluo. Los alumnos se benefician de la experiencia empresarial de los profesores universitarios. Por otro lado, los profesionales no deberían de pasar por la universidad solo una vez en la vida. Es pues necesario que los profesionales estén continuamente formándose para estar al tanto de las últimas innovaciones y tendencias. Sería necesario que la universidad impartiera cursos especializados de corta duración en colaboración con las empresas.

Aunque pensamos que hay que fortalecer la colaboración entre universidad y empresa, en Córdoba, sabemos que se trabaja intensamente en esta dirección. La Universidad de Córdoba (UCO) y la Universidad Loyola tienen un gran potencial. Ambas poseen grados de Ciencias Económicas y Empresariales claves para el desarrollo empresarial y ambas están muy bien posicionadas en los ranking nacionales e internacionales.

La UCO ha desarrollado diversas áreas de apoyo a la promoción empresarial a través de oficinas de transferencia de resultados de la investigación (OTRI), de innovación tecnológica, emprendimiento, prácticas en empresas (UCOPREM2), Rabanales 21, Plan Propio Galileo y el Instituto IMIBIC.

La Universidad Loyola Andalucía, Campus de Córdoba, a través de su doble grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) en varios idiomas así como mediante un gran número de másteres para emprendedores y áreas especializadas de la empresa, está dando un gran apoyo al mundo empresarial cordobés. La CECO también viene dando un amplio apoyo al emprendimiento empresarial durante los últimos años.

Las empresas cordobesas están bien posicionadas entre las andaluzas en lo que a su calidad se refiere, aunque la mayoría de ellas están dedicadas a la hostelería, transporte y comercio. Pocas lo hacen en el área de tecnología e industria. A esto hay que añadir que un elevadísimo porcentaje de las empresas de Córdoba y provincia son pymes, incluso micro pymes, lo que incrementa la distancia entre ellas y la universidad y dificulta el I+D+i conjunto. Por eso, son más necesarias que nunca las interfaces o ecosistemas que facilitan el contacto entre la universidad y la empresa, catalizados, entre otras, por todas las administraciones y entidades financieras, de los que Córdoba adolece, o cuando existen, padecen disfunciones decimonónicas.

Pensamos que de manera urgente deben de establecerse puntos de dialogo, debate y encuentro que abran caminos de comunicación entre el mundo universitario y empresarial. De esta forma las universidades serán más eficientes y las empresas cordobesas más competitivas. Esta sería la única manera para afrontar con eficacia los retos actuales al combinar la experiencia productiva empresarial y el alto nivel formativo de las universidades.

Las universidades y empresas se necesitan mutuamente para afrontar el reto de innovación y emprendimiento, tan necesario en los nuevos tiempos. Somos optimistas y consideramos que se avanzará en esta sinergia entre las universidades y las empresas cordobesas. De conseguirse se daría un significativo paso en el necesario desarrollo provincial porque, entre otros aspectos, evitaría la emigración masiva de jóvenes que en busca trabajo se van de Córdoba con escasas posibilidades de retorno, si las «cosas no cambian».