De Puente Genil a Lucena, como dice la popular copla, transcurre el primer tramo de la Vía Verde del Aceite desde la provincia de Córdoba. Es un recorrido que nos permitirá descubrir un horizonte que baila entre la Campiña Sur y la Subbética, pero también una zona con una profunda tradición enogastronómica.

La variedad de paisajes y la riqueza de las tierras que atraviesan estos 21 kilómetros se deja ver a ambos lados del camino. Huertas, viñedos, frutales y olivos se van sucediendo en los márgenes de una vía que discurre cercana a varias localidades, aunque no todas las atraviesa.

Tras conocer la Villa Romana de Fuente Álamo, pasear por el puente del siglo XVI, adentrarnos en sus numerosas iglesias y disfrutar de los dulces de membrillo de Puente Genil, podemos desviarnos de nuestra ruta 8 kilómetros para acercarnos a Aguilar de la Frontera. Allí encontraremos la plaza octogonal de San José, la Torre del Reloj o los restos de su castillo y, muy cerca, las Lagunas del Rincón y de Zóñar, paraísos para los amantes de la ornitología.

De vuelta a la Vía Verde nos dirigimos a la aldea de Navas del Selpillar y también al pueblo de Moriles. Aquí se encuentra la antigua estación de Moriles-Horcajo que hoy alberga el Centro Enogastronómico de la Ruta del Vino Montilla-Moriles. Es una magnífica oportunidad para deleitarse con los caldos de la tierra. Además, encontraremos un recinto con abundante sombra y zonas para el descanso.

Continuamos nuestro camino hasta Lucena, ciudad que fue el núcleo principal de la población judía en Al-Ándalus y conocida como Perla de Sefarad. Cuenta con un rico patrimonio artístico y monumental, como la parroquia de San Mateo, catedral de la Subbética, o el Castillo del Moral, con su torre del homenaje, lugar en el que, cuentan, estuvo preso Boabdil el Chico.