El pavo en pepitoria es un plato clásico de la nochebuena cordobesa, que está perdiendo su sitio en favor de otras elaboraciones más novedosas. Una lástima, porque es muy fácil de hacer y además admite estar preparado desde el día anterior. Naturalmente, la misma receta se puede aplicar al pollo, por si nos interesa más. En una cacerola, en un poco de aceite, doramos el pavo troceado y salpimentado; cuando esté, lo sacamos y en su lugar, sofreímos una cebolla y cuatro dientes de ajo, ambas cosas muy picadas. Volvemos a poner el pavo, lo regamos con un vaso de vino blanco y caldo de ave, y lo ponemos a cocer. Mientras, aparte, freímos una rebanada de pan, un puñadillo de almendras y unas hebras de azafrán, sin que llegue a quemarse. Con esto y dos yemas de huevo duro, hacemos un majado que diluimos con un poco de caldo e incorporamos al guiso cuando el pavo esté tierno y quede poco para terminar la cocción, dándole un último hervor para integrar todos los sabores.