El asado en papillote, cuyo efecto viene a ser muy parecido al del asado a la sal, es decir, un horno pequeño dentro de otro horno, está un poco pasado de moda o, al menos, no se oye mucho de él, pero es una forma muy agradable y cómoda de consumir fruta; encontrarla limpia, troceada y aderezada, dispuesta para tomarla con tenedor o cucharilla, anima mucho. Se trata en este caso de pelar y cortar -el número, en función del de los comensales- plátanos, en rodajas gruesas; naranjas, troceando los gajos; peras, manzanas y piñas -naturales, en su jugo o en almíbar- en cubos. Después de macerarlo todo durante media hora, con azúcar y licor de naranja, se ensartan en brochetas, alternando variadamente las frutas y poniéndoles un poco de mantequilla, se envuelve cada una con papel de aluminio, formando paquetitos y se hornean a 250º durante 15 minutos. Se presentan sin abrir. Se pueden hacer en microondas, con papel vegetal y horneando tres minutos.