E l 20 de septiembre del 2019 se cumplieron 500 años de la partida desde Sanlúcar de Barrameda de la expedición Magallanes-Elcano, la primera en la Historia que consiguió circunnavegar completamente la Tierra. Financiada por la Corona Española y con 5 navíos (de la que solo uno, Victoria, logró completar la gesta) la expedición buscaba encontrar un paso entre el océano Atlántico y el océano Pacífico para llegar a las islas de las Especias (Indonesia) por occidente. Fue una aventura a todo nivel, donde hasta el protagonista principal (Fernando de Magallanes) muere. A la vuelta a España, aparte de las especias que pudieron conseguir, los 18 hombres supervivientes (de los 239 que originariamente salieron), liderados por Juan Sebastián Elcano, trajeron muchos detalles de sus experiencias y descubrimientos. Entre ellos, el de haber podido vislumbrar unos objetos nebulosos en el cielo del Mar del Sur, los que se conocerían desde entonces como las Nubes de Magallanes.

En realidad, las Nubes de Magallanes eran conocidas de mucho antes. Hay indicios que sugieren que incluso se conocían en el Antiguo Egipto, pero el primer registro histórico nos viene del astrónomo persa Abd Al-Rahman Al Sufi quien, en el año 964, describió en su Libro de las Estrellas Fijas que los habitantes del sur de Arabia describían a la Gran Nube de Magallanes como Al Bakr, el Buey Blanco. Incluso unos pocos años antes de la expedición de Magallanes-Elcano, en 1504, el comerciante y cosmógrafo florentino Américo Vespuccio (del que proviene el nombre de América) ya las había observado en sus viajes. No sería hasta bien entrado el siglo XIX cuando el astrónomo inglés John Herschel las pudo observar con detalle. Al estudiarlas desde Ciudad del Cabo, donde vivió entre 1834 y 1838, pudo reconocer una gran cantidad de objetos difusos (cúmulos de estrellas y nebulosas) dentro de la Gran Nube de Magallanes: era un objeto celeste realmente complejo.

En la actualidad sabemos que ambas nubes son dos de los «vecinos galácticos» más cercanos a la Vía Láctea. Las dos Nubes de Magallanes son galaxias enanas que están en proceso de interacción entre ellas y con nuestra propia Galaxia.

Existen dos galaxias enanas aún más cercanas a la Vía Láctea: la Enana Elíptica de Sagitario (descubierta en 1994) y la Enana del Can Mayor (la más cercana, descubierta en 2003).

La gran nube

La Gran Nube de Magallanes está a unos 163 mil años luz de nosotros. Y, como ya describió John Herschel, posee una gran número de objetos interesantes a estudiar. Además, las condiciones de la Gran Nube de Magallanes son tales que la hacen ser un laboratorio ideal para que los astrónomos estudien tanto la evolución de las estrellas como los fenómenos de interacción entre las estrellas y el medio difuso de las galaxias, además de los procesos que rigen la propia evolución galáctica. Precisamente estos días la Gran Nube de Magallanes ha sido noticia de nuevo gracias a la publicación de un estudio profundo realizado con el telescopio VISTA del Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en inglés). VISTA es un telescopio de 4.10 metros de tamaño instalado en el Observatorio de Cerro Paranal (Chile), junto a los famosos telescopios del complejo VLT (Very Large Telescope). Pero, a diferencia de éstos, VISTA está optimizado para observar en colores del infrarrojo cercano (esto es, colores más rojos que nuestro rojo) y para realizar grandes cartografiados de zonas extensas del cielo.

Durante la última década, los astrofísicos han usado VISTA para mapear las Nubes de Magallanes en detalle. La imagen que presentamos aquí corresponde a la fotografía de muy alta definición (en tamaño completo, la imagen pesa 1.6 Gb, un poco menos que medio DVD) de la Gran Nube de Magallanes usando los datos de VISTA. Los datos se consiguieron como parte del sondeo VMC (las siglas, en inglés, de VISTA Magellanic Clouds survey, cartografiado VISTA de las Nubes de Magallanes), cuyo objetivo principal era trazar la historia de formación estelar dentro de estas galaxias enanas y estudiar sus estructuras tridimensionales.

Las observaciones conseguidas con VISTA han sido fundamentales porque, al observar en colores del infrarrojo cercano, se puede ver a través de la niebla del gas y el polvo difuso que existe en ella y a su alrededor. En efecto, las nubes de gas y polvo «bloquean» mucho la luz en los colores que nosotros vemos, pero son casi transparentes si miramos en colores del infrarrojo cercano. Así aparecen muchas más estrellas y estructuras, de hecho multitud de estrellas individuales han sido descubiertas ahora gracias a la profundidad y al detalle de esta fantástica imagen.

Con este análisis los astrónomos han estimado que existen unos 10 millones de estrellas individuales dentro de la Gran Nube de Magallanes.

La edad de las estrellas

Pero, además, han podido estudiar la edad de estas estrellas. Esto se consigue observando en distintos «subcolores» del infrarrojo cercano (al igual que los colores que vemos, el rango óptico, tiene colores como rojo, verde o azul, el infrarrojo cercano se divide en distintas tonalidades). Sorprendentemente, se ha descubierto que las estrellas más jóvenes en la Gran Nube de Magallanes están trazando varios brazos espirales dentro de la galaxia, algo que no se había visto nunca antes.

Hace 500 años, aventureros como Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano exploraban los confines de la Tierra. Hoy día son millones de científicas y científicos de decenas de disciplinas los que lideran el espíritu de exploración y descubrimiento del ser humano. Y, en particular, los astrofísicos escudriñan cada pequeño (o grande, según se mire) rincón del Universo intentando responder, poco a poco, a las respuestas de nuestro origen cósmico..

(*) El autor, astrofísico cordobés en Australian Astronomical Optics, Macquarie University y miembro de la Agrupación Astronómica de Córdoba, escribe regularmente en el blog ‘El Lobo Rayado’ en la dirección de internet http://angelrls.blogalia.com. Puedes seguirlo en Twitter en @El_Lobo_Rayado.