Pasión y actitud. Dos palabras definen a la perfección el mundo del flamenco. Un género musical español claramente identificado con Córdoba y Andalucía. En el flamenco, valor y fuerza son dos ingredientes que hacen de una actuación un gran espectáculo musical. Actuaciones compuestas tanto por hombres como por mujeres donde destaca, principalmente, la igualdad de género. Siendo incluso muchas veces la mujer la principal protagonista. Pasión con vocación o vocación con pasión. No importa el orden ya que, para muchos, su gran afición puede convertirse en su trabajo profesional.

Ideas, acciones, emociones y sentimientos rondan por nuestra imaginación al observar una actuación cuidada y elaborada. Ya sea a través del cante, del baile o de un simple instrumento musical, son capaces de envolver todas las pasiones y preocupaciones del humano. Son artistas que cuentan historias y se convierten en poetas de la música cuando se suben a un escenario. Actuaciones que tienen una estructura clásica pero que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos para calar en su público.

Las futuras estrellas del flamenco destacan por su edad, jóvenes volcados y plenamente comprometidos con su pasión. Pequeñas estrellas que luchan por su formación y aprendizaje. Ya sea al cante, al baile o en el uso de la guitarra, sus actuaciones enmudecen a cualquiera. No hace falta ser un apasionado del flamenco para saber valorar cómo cultivan este género musical y el gran trabajo que ello conlleva.

Córdoba, Andalucía, siempre han destacado por sus grandes dotes musicales, pero es el flamenco lo que muestra aún más la identidad cultural y musical de la región. Una manifestación cultural con siglos de historia que es una de las expresiones artísticas más conocidas de España. Precisamente, el XVII Certamen de Jóvenes Flamencos de Córdoba, que organiza la Diputación, ha vuelto a conseguir que 28 jóvenes tuvieran la oportunidad de demostrar su talento. El objetivo era, según el organizador del certamen, Antonio Arcos, «darle a los jóvenes artistas un soporte para la difusión en cante, baile y toque de guitarra».

LA VOZ DE ANA JIMÉNEZ

Ana Jiménez Valencia, una joven de 17 años, descubrió desde que tenía tres que su pasión era el cante flamenco. Ha compartido escenario con grandes artistas como Antonio Reyes y Pedro El Granaíno. Desde la Peña Flamenca de Priego de Córdoba hasta Jóvenes Flamencos, no ha parado de apuntarse a concursos y festivales, participando en el Festival de la Canción a los 11 años. Fue incluso semifinalista en el programa La Voz Kids 3 a sus 14 años. Otros artistas como Cristina Soler o David Pino han sido sus profesores de cante y seguirá estudiando hasta obtener un grado superior de cante flamenco.

EL SUEÑO DE ‘LA RUBIA’

La Rubia, así llaman a Lorena Doblas Pérez, cordobesa de 18 años. Para ella, su gran sueño sería crear una compañía de baile. Ha participado en el concurso Lo Veo y ha bailado en el Festival de Jerez. Con tres años dio sus primeros pasos de baile y desde ahí no ha parado de taconear. Ha actuado en tablaos privados e incluso en la peña del artista Paco Peña. Aun siendo tan joven, Lorena ya ha terminado sus estudios en el Conservatorio de Danza y ha estado en la academia de grandes artistas como Jorge del Pino o Yolanda Osuna. Aunque lo suyo es el baile, tanto la guitarra como el cante flamenco también son sus prioridades.

EL PRECOZ TOQUE DE NICOLÁS DÍAZ

De origen de Palma del Río, Nicolás Díaz Liñán, con tan solo 25 años, es todo un artista. Desde los 9 años ya empezó a dar sus primeros toques en la guitarra con el profesor Manolo de Palma. Hizo la prueba de acceso al Conservatorio medio y ahora quiere acceder al superior de flamenco. Su trayectoria profesional ha hecho que se encargue de los más pequeños para enseñarles su gran vocación. Trabajando como profesor de música, de guitarra e incluso en coros, aun tiene tiempo para apuntarse a concursos y darse a conocer. Su mayor premio ha sido la Púa de oro, el premio a la mejor guitarra. Orgulloso de su trabajo, su pasión es su vida con la guitarra y seguir formándose para llegar aún más alto.

EL CANTE DE SALVADOR ANAYA

Salvador Anaya Ortiz, cordobés de 31 años, empezó siendo bailaor pero su gran pasión era el cante flamenco. Gracias a El Merengue empezó a trabajar en el tablao El Cardenal. Ha actuado en sitios como Cultura en Red y ha hecho espectáculos fuera de España, destacando a Túnez, Serbia y Montenegro. Ha estudiado el grado superior de cante flamenco y ahora, el próximo año, hará un máster para terminar de formarse. Sin dejar su vida artística como cantaor, Salvador se quiere dedicar a la docencia del cante flamenco. Aunque, para él, «mi gran motivación es seguir creciendo y aprendiendo de lo que más le gusta».

Una vez más, el Certamen de Jóvenes Flamencos hizo que los integrantes tuviesen la oportunidad de encontrar una rampa hacia el mundo profesional. Sin embargo, según Arcos, «con los cambios políticos, aún no se ha hecho la gala en la que se le dé mayor difusión a los jóvenes, pero estamos trabajando en ello».

«Ha habido más de 30 participantes de muchos pueblos y de todas las edades, tanto hombres como mujeres, partiendo de los 14 años», aclara el coordinador del certamen. De igual forma, estas estrellas del flamenco han tenido la suerte de estar junto a artistas con gran renombre, lo que ha atraído a mucha gente.

JÓVENES TRIUNFADORES

Ana Jiménez obtuvo en el apartado de cante el premio Cayetano Murial Niño de Cabra, para los jóvenes con edades de 14 a 22 años. Lorena Doblas, en el apartado de baile, logró el premio Mario Maya, para los jóvenes con edades entre 14 y 35 años. Nicolás Díaz Liñán, en el apartado de guitarra solista, el premio Vicente Amigo; por último, Salvador Anaya consiguió en el apartado de cante el premio Antonio Fernández ‘Fosforito’, para los participantes con edades entre 23 y 35 años.

Año tras año, gracias a la llegada de las actuaciones de grandes artistas y de un mayor número de participantes, el concurso sigue teniendo mayor relevancia e importancia en toda la provincia de Córdoba. De esta forma, «la Diputación sigue apostando por el flamenco y es un gran apoyo contar con su ayuda para crear el concurso y organizarlo», según Antonio Arcos.

Sus actuaciones destacan por técnica, composición, creatividad y originalidad sin olvidar el punto de libre creación. Todos persiguen su sueño trabajando a diario y formándose, logrando premios como los mencionados. Pero ahora es el momento de convertirse en jóvenes estrellas del flamenco a base de constancia y esfuerzo, estudio y voluntad propia. Es el momento para los jóvenes flamencos que luchan por la gloria.