Los hornazos son masas de pan o torta guarnecida de huevos que se cuecen junto a ellas en el horno. Su elaboración suele estar relacionada con festividades religiosas, especialmente con la Pascua de Resurrección. También casi todas las romerías tienen su muestra de hornazo, moldeado con las más caprichosas formas: roscas, tortas, trenzas, toscas figuras con formas humanas o de animales, adornadas y pintadas con más o menos gracia y riqueza. Lo que no falla en ninguno es el huevo. El carácter simbólico del huevo es innegable. El arte, la literatura y la historia lo utilizan como representación de la vida incipiente o de la fertilidad. Es famoso el mito del ave fénix -hasta en Harry Potter- del que existe un solo ejemplar que, al sentir próxima su muerte, pone un huevo, arde y con el calor de las llamas, el huevo se incuba; de él sale un nuevo ejemplar de ave fénix, también único y solitario hasta su muerte. Para el cristianismo, el huevo representa la perfección absoluta.