El desarrollo tecnológico que supone la instrumentación en grandes telescopios es imparable. Buena parte de los sensores y las técnicas de imagen que ahora nuestros móviles hacen de forma instantánea han sido desarrollados en telescopios profesionales repartidos por todo el mundo. Lo mismo podemos decir de otras disciplinas como la fotónica, de fundamental aplicación en astrofísica a la hora de diseñar instrumentos con fibras ópticas que son capaces de llevar la luz, como si fuese una corriente eléctrica, decenas de metros, desde el foco del telescopio al instrumento que analiza dicha luz. Es de esperar que esta tecnología se desarrolle aún más en los próximos tiempos, que seguro nos deparan grandes sorpresas.Precisamente por esto los grandes observatorios se esfuerzan en desarrollar instrumentación astronómica puntera al máximo nivel, empujando los límites tecnológicos conocidos hasta entonces. La imagen que mostramos aquí es un perfecto ejemplo de ello. Con un tamaño de 49.511 x 39.136 píxeles, esta fantástica imagen cuenta con unos 2.000 millones de píxeles en total. Es una de las imágenes más detalladas y grandes lanzadas por el Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en inglés). No obstante quedará minimizada en breve con nuevas imágenes que irán incluso más allá.

Pasear por la versión en máxima resolución de esta imagen (que está disponible gratuitamente en la página web de ESO) es toda una delicia. Uno se puede perder en los jirones de nubes y los juegos de luces y sombras del gas y del polvo interestelar, a distintas escalas, con distintos tamaños, que salpican aquí y allá esta toma. Lo que estamos viendo es una pequeña parte de la constelación zodiacal del Escorpión. La imagen, que tiene un tamaño de 5.9 x 4.7 lunas llenas en el cielo, fue conseguida usando la poderosa cámara OmegaCAM (de 256 megapíxeles) instalada en el Telescopio de Rastreo del VLT (VST por sus siglas en inglés), en el Observatorio de Paranal (Chile). La constelación del Escorpión se encuentra en el plano de la Vía Láctea, por lo que abundan las estrellas jóvenes y los fenómenos asociados a la formación estelar. Particularmente destacan dos nebulosas: la nebulosa de la Pata del Gato (NGC 6334, arriba derecha) y la nebulosa de la Langosta (NGC 6357, abajo izquierda). Ambas nebulosas son regiones muy activas de formación estelar. Las propias estrellas que han nacido de ese gas son las que encienden la nebulosa, haciéndola brillar en colores rojizos. Nubes de polvo de mil formas ocultan la luz de gas y estrellas lejanas, moldeando las delicadas estructuras que dan nombre a estos peculiares objetos. Los círculos en torno a las estrellas más brillantes del campo no son reales, sino artefactos creados como consecuencia de la reflexión de la luz de estos astros (que emiten mucha más luz que todo lo demás) dentro del banco óptico que conforman el telescopio y la cámara.

(*) El autor es astrofísico cordobés en Australian Astronomical Observatory y miembro de la Agrupación Astronómica de Córdoba.