Miguel Luna cuenta que antes era uno de los que optaba por la opción que brinda el Camping Carlos III de los bungalows, cuando de joven asistía con su esposa a esta zona de campaña, que para ese entonces era su novia. Una opción para disfrutar de la vida campista alojado en una de las pequeñas casas de madera de las que para invierno usualmente suelen preferir, porque están adecuadas para aislar el frio y regalan una experiencia acogedora y con mucha conexión a la naturaleza. Ahora dispone de una parcela fija a la que no falta ningún fin de semana desde hace casi una década.

-¿Cuándo decidió ser un cliente con parcela fija en un camping como opción de ocio habitual?

-Luego de muchas visitas frecuentes en pareja al camping de La Carlota, veíamos que muchas personas acudían al alquiler de parcela semestral para ir todos los fines de semana. Para entonces ya estabamos casados y con hijos, así que lo vimos como una manera de escapar de lo rutinario.

-¿Cuál fue su mayor motivación para hacerlo?

-Desde que estoy en el camping desconecto muchísimo, ya que en Córdoba tengo mi negocio al que le dedico mucho tiempo, y cuando termina la semana estoy agobiado de la rutina del trabajo, por lo que estar en el camping me permite estar más tranquilo y con mis hijos felices.

-¿Qué actividad hace como campista?

-Dentro de las cosas que hacemos como familia campista está irnos de excursión, ir a la Calendaria, hacer deporte como senderismo, y disfrutar con los animales del recinto. Ya que el camping en el que estamos cuenta con un mini zoo en donde los niños pueden disfrutar de los animales, hasta hacer rutas a caballo por la campiña con un guía ecuestre. En verano un atractivo para mis niños son las piscinas, una adecuada para personas con discapacidad y otra para niños pequeños, además disfrutan de las manualidades o del cine.

-¿Económicamente, supone mucho el ser campista?

-Cualquiera puede optar por esta vida, en cuanto gastos no supone sumas exageradas de dinero, por el contrario, antes gastaba más dinero cuando salía los fines de semana en Córdoba. Esto es como tener dos casas, una de ciudad y una de campo de 64 metros cuadrado.

-¿Qué es lo que más le gusta ?

-Que yo antes vivía muy estresado y agobiado y allí desconecto muchísimo. Los niños puedes estar fuera con sus amigos, y yo estar tranquilo y sé que lo están cuidando. Es como un pueblecito y todos somos familia.