El espetón de sardinas o sardinas asadas en espeto, que de ambas maneras puede llamarse, es uno de los atractivos de la costa. En este caso, el espeto, que según el diccionario es un hierro largo y delgado, queda sustituido por una astilla de caña bien afilada con navaja para facilitar la operación de ensartado. En un espeto suelen caber, según el tamaño, entre cuatro y ocho sardinas. Los espeteros, hombres que saben asar al espeto, suelen ser viejos marineros. Conocen los vientos y sus caprichosos cambios de velocidad y orientación. Por eso en la playa, usando generalmente una barca fuera de servicio, amontonan la arena aquí y allá para proteger las ascuas y clavan los espetos a la distancia adecuada. La caña debe atravesar a las sardinas bajo el lomo, para que al darles la vuelta y asarlas por la otra cara, no se desprenda la carne ya cocida. Los espetos se hacen generosamente espolvoreados con sal gorda, porque una vez desprendida la piel, tienen el punto exacto.