En Córdoba, cuando andamos con mal de estómago, nos preparamos un pescado en blanco, preferentemente, merluza o pescadilla. En Málaga, se dice justamente al revés y de estas dos maneras: en blanco y emblanco; elijo la segunda, porque me parece más estética. El emblanco puede ser de merluza, rosada, jurel -de rape, no, porque el rape se suele reservar para las cazuelas-; antiguamente se hacía también de chanquetes, que ni estaban prohibidos ni eran caros; afortunadamente ya no se venden ni sirven ninguna parte. Se hace cociendo en agua una cebolla, un tomate, un pimiento, una zanahoria pelada y troceada, unos dientes de ajo -todo en crudo- una ramita de perejil, unos granos de pimienta y una hoja de laurel; dejamos hervir un cuarto de hora, agregamos patatas, peladas y cortadas en ruedas; por último, agregamos el pescado y zumo de limón, que es lo que pone el caldo blanco. El pescado no debe hervir más de 5 minutos. Es el momento de poner la sal.