La tradición es la fuerza que define a Destilerías Duende desde su fundación en 1908. Tradición centenaria del anís de Rute, que a principios del siglo XX Anselmo Córdoba Barrera continuó con una destilería instalada en el Paseo del Fresno, lugar común para muchas destilerías a lo largo de los siglos. Destilerías Duende siempre ha sido una empresa familiar vinculada al apellido Córdoba y atenta al devenir de la historia. Nació como homenaje al Duende de la Colegiata, pseudónimo de Adelardo Fernández, escritor muy en boga de los círculos literarios de aquella época. Después vendría Anís Arruza, con el que esta destilería se sumaría al auge y la moda del toreo.

Las décadas de los 50, 60 y 70, bajo la dirección de los hermanos Francisco y Teresa Córdoba Prieto, hijos del fundador, significarían un nuevo impulso para la empresa al introducir nuevos destilados como el vodka, la ginebra o licores macerados como el rosolí y el pacharán. Desaparecido Francisco, Teresa Córdoba continúa con esta tradición familiar y aún hoy frecuenta la destilería.

El siguiente hito a destacar en Destilerías Duende llega de la mano del hijo de Francisco y sobrino de Teresa: Anselmo Córdoba Aguilera. En 1994 crea el Museo del Anís. Recién terminados sus estudios de Graduado Social, inicia el trabajo de recopilación de material sobre la historia de este genuino producto ruteño, que pasa a ser el fondo museístico que los convierte en el primer museo temático sobre el anís, y así queda registrado por la Consejería de Cultura. Este fue el inicio de toda la red de museos y atractivos locales que han propiciando la llegada de más de 100.000 visitantes durante la última campaña de Navidad. Desde ese momento, Destilerías Duende y el Museo del Anís van unidos en un proyecto empresarial y cultural de promoción de la historia centenaria del anís ruteño.

Tras la declaración de los patios de Córdoba como Patrimonio Mundial Inmaterial de la Humanidad, el patio ubicado junto a la bodega de Brandy de Destilerías Duende se convierte en el gran complemento del Museo del Anís, registrando miles de visitantes más allá de la campaña navideña y cosechando primeros premios de los concursos de patios a nivel provincial y de la comarca de la Subbética. Destilerías Duende es una pequeña empresa familiar, con un equipo que va desde los seis trabajadores a los 30 en plena campaña.

Hoy Anselmo Córdoba es vocal de la dirección nacional de la Federación Española de Bebidas Espirituosas y presidente de la Asociación de Productos Agroalimentarios de la Subbética. Ahora, el Cordobés del Año «es un reconocimiento por el que nos sentimos muy halagados y por el que brindar por el sello de identidad de nuestra provincia», concluye.