Córdoba es hoy una ciudad sin chabolas. Con la salvedad de alguna infravivienda y de asentamientos esporádicos, la lacra que asedia a las afueras de las grandes capitales aquí no existe. Los cordobeses de hoy sienten y viven día a día el acceso a la vivienda como un problema relacionado con los precios (desmesurados para el nivel económico)y con la inestabilidad del empleo, un problema que impide a los jóvenes emanciparse, pero que no deja, como ocurría hace 40 años, a miles de personas padeciendo los rigores del frío y el calor bajo techos de uralita.

Hace un cuarto de siglo, cuando la sociedad vivía apasionada los albores de la democracia, cuando los periódicos reflejaban a diario los debates del Congreso e informaban de cada punto de la futura Constitución que aprobaban los padres de la patria, en Córdoba vivían más de 15.000 personas en los asentamientos provisionales de Las Palmeras y Las Moreras. En Las Palmeras había 856 albergues en los que se calculaba que habitaban 4.500 personas, mientras en Las Moreras eran 2.000 las viviendas prefabricadas que acogían a una población calculada en torno a las 11.000 almas. Eran conocidas como las casitas portátiles, y percibidas como un problema social de primer orden. Diario CÓRDOBA reflejaba entonces la inquietud de la Corporación Municipal, presidida por Antonio Alarcón, por la degradación a que habían llegado esos barrios de aluvión, y el periodista Francisco Solano Márquez relataba el desalojo de 168 albergues en Las Moreras para edificar 220 viviendas, y la tardanza en esta necesaria actuación. Los muros de la época recogen pintadas en contra del entonces ministro del ramo, Garrigues Walker (UCD).

La población de la capital cordobesa había crecido considerablemente a lo largo de los años setenta. Desde los 232.343 vecinos de 1970 hasta los 279.386 de finales de los ochenta, cerca de 50.000 personas se habían incorporado a una ciudad que ya había crecido de forma importante durante los años 50 y 60. A partir de los años 70, la ciudad se desparrama, y surgen o se completan los barrios de Levante, Fátima, Fuensanta-Santuario, Sector Sur, Parque Figueroa, Vista Alegre... En el marco del Plan General de Ordenación Urbana de 1958 se construyen más de 51.000 viviendas, un proceso de crecimiento que se frena en torno a 1973. Al mismo tiempo que nacen barrios, el Casco Histórico, especialmente la Axerquía, se va despoblando, de manera que al final de la década se calculaba que el 35% de las casas del casco estaban cerradas y vacías, porque sus habitantes emigraban hacia los nuevos pisos.

En aquella época, el sueldo de un trabajador oscilaba entre las 25.000 y las 65.000 pesetas, y un piso de protección oficial (VPO) podía adquirirse en la capital a precios que oscilaban entre 1,8 y 2,5 millones de peseta s (10.818-15.025 euros). El módulo de VPO, que en 1981 estaba en Córdoba a 40.131 pesetas (241 euros) el metro cuadrado útil, actualmente está en 897 euros (149.240 pesetas), siempre hablando del módulo máximo, aplicable a la capital. Junto a los barrios citados, a fina de los setenta se termina de configurar la zona Viñuela-Rescatado, y a final de esa etapa se empieza a levantar el actual barrio del Guadalquivir. También entre los 70 y los 80 se desarrollan zonas como la avenida del Aeropuerto y Vallellano. En aquellos años, esos pisos grandes que hoy se venden a altos precios en torno a Doctor Fleming, Vallellano y Aeropuerto se adquirían a precios en torno a los 4 millones de pesetas, incluso por debajo. Los anuncios de prensa de la época permiten comprobar cómo se vendían pisos de segunda mano en Ciudad Jardín por 21.000 pesetas/metro cuadrado, y en Gran Capitán, un piso de 150 metros por menos de cinco millones de pesetas. La zona de El Brillante, que paramuchas familias era «el campo», por la escasa urbanización y porque tenían allí su segunda vivienda, ofrecía parcelas cerca del Colegio la Salle a 1.400 pesetas el metro cuadrado, y una VPO nueva, por ejemplo, en la avenida de El Cairo, podía comprarse por 2.300.000 pesetas.

La actividad constructora era similar a la actual, pues los años malos, en los que no se edificaban ni 3.000 viviendas, llegaron después, cuando empezó a elaborarse el PGOU de 1986 y se paralizó la construcción. En 1978 se terminaron en Córdoba 3.962 viviendas. De ellas, 2.074 eran VPO, y, además, la mayoría las promovían empresarios privados. Pero es que, además de las 3.962 viviendas terminadas, en 1978 se empezaron a construir otras 4.504, en un particular boom que duró hasta 1982.