Un paseo por la historia de Castro del Río muestra la relación de la población con el caballo. Situada en un lugar privilegiado en la campiña del Guadajoz, rodeado de agua y de corrientes salinas, fue un enclave estratégico en la comunicación de la Meseta con los puertos mediterráneos y atlánticos de Malaka y Gadir.

La antigüedad

Por la ribera del Salsum -el nombre romano del actual Guadajoz- se pasearon orgullosos, hace más de dos milenios y medio, los señores tribales de las poblaciones cercanas a las orillas de este cauce fluvial, como los de la vecina ciudad ibero-romana de Ategua, que en carros de dos ruedas enganchados a dos caballos mostraban su poder y se constituían en símbolos de fuerza ante quienes intentaran invadir estas tierras. Es la visión que ofrece la Estela de Ategua.

Por sus tierras han aparecido restos de ruedas, cubos, pasarriendas, bocinas y otros elementos que componían las piezas de estos vehiculos que emplearon los íberos. Igualmente, componentes de bocado de caballos han surgido de entre las fértiles tierras del término municipal de Castro del Río.

Monedas acuñadas por los íberos, con representación de los temidos y afamados jinetes de esta cultura peninsular, han aparecido con frecuencia en los numerosos villares que rodean la población; calcos cartagineses dan testimonio de la presencia de uno de los generales más sobresalientes de la Antigüedad, Aníbal, camino de Cástulo para desposarse con la princesa íbera Himilce, monedas con una importante impronta ecuestre: una palmera y un caballo berberisco, ejemplares de notable influencia en la conformación de las razas peninsulares a lo largo de los siglos.

Un sinfín de elementos y testimonios de la presencia del caballo en la villa del Guadajoz que continuó en le Edad Moderna y en la Contemporánea, con la presencia en Castro de importantes propietarios de tierras y molinos que poseían una destacada cabaña caballar, con ejemplares de calidad, dedicados principalmente a labores agrícolas y al transporte, además de la crianza, contando con caballos padres, muy apetecidos en época de enfrentamientos armados, requisados por el Ejército para fines militares, dejando solo en las cuadras de estos labradores los ejemplares con defectos.

Centro ecuestre

La población fue durante siglos un privilegiado centro ecuestre, junto a los pueblos cercanos de Montilla, La Rambla y Baena, a los que acudían con frecuencia las paradas del Ejército para aportar mejoras en las ganaderías locales.

Ya en el siglo XIX, el director general de Caballería Juan Zabala anotó en el libro de los hierros a 22 criadores de la población, entre ellos apellidos tan castreños como Ambrosio, Aranda, Algaba, Azpitarte, Criado, Luque, Millán, Moreno, Polo, Rincón, Sotomayor y Urbano; a los que Juan Carlos Altamirano aportó, a principios de este siglo, los de García de Dios, León, Navajas, Prado, Riobóo y Villatoro, entre otros,como destacadas familiass ganaderas a caballo entre el XIX y el XX.

En 1875, por ejemplo, había 541 cabezas de caballos en el término, un número que habla de la importancia de estos animales en Castro del Río.

En la actualidad hay varios hierros en la villa del Guadajoz, de caballos españoles. Uno de ellos ha conseguido valiosas escarapelas, como la Yeguada Al Andalus, con un ejemplar sobresaliente, propiedad de la ganadería castreña, Hebreo Al Andalus. Asimismo, otro hierro asentado en la población es el de El Cisne, también de ejemplares de pura raza española.

Concursos nacionales

En la década de los noventa del pasado siglo XX el caballo volvió a tomar protagonismo en esta población enclavada en el centro del profundo olivar andaluz.

La afición a la equitación andaluza converge en la Peña Caballista Virgen de la Salud, que se embarcó en difundir la afición a la doma vaquera y organizar concursos nacionales de esta disciplina, complementados con exhibiciones ecuestres de diferentes modalidades y conferencias.

Esta desmedida afición al caballo en una tierra idónea para esta cultura desembocó en la organización del Campeonato de España de doma vaquera de 1994, organizado por la peña y el Ayuntamiento de Castro del Río. Acudieron numerosos aficionados llegados desde diversos puntos de España que vieron recompensada su presencia con la victoria de Francisco Díaz Pajito con el pura raza inglés Israel, en una impresionante lección de doma vaquera.

La afición no decayó y en el 2005 organizó el Campeonato de España de doma clásica, entre el Consistorio y la peña, en homenaje al jinete olímpico Juan Antonio Jiménez Cobo, medalla de plata por equipos en los Juegos Olímpicos de Atenas celebrados el año anterior. Una organización impecable que reunió durante la celebración del Gran Premio y el Gran Premio Especial a más de tres mil personas en cada una de las pruebas, llegando la apoteosis en la final del campeonato, la Kür Gran Premio, la reprise libre, con el triunfo del jinete castreño Jiménez Cobo con el lusitano Guizo, y la presencia en las gradas del estadio Virgen de la Salud, convertido en cuadrilongo, de más de 7.000 personas, una cifra nunca vista en un campeonato de España de disciplinas hípicas y más propias de una Kür en Aachen, de una final olímpica o de los Juegos Ecuestres Mundiales.

Dos campeonatos de vaquera

Dos semanas más tarde, el estadio Virgen de la Salud acogió otro nuevo campeonato nacional, el de vaquera, en esta ocasión organizado por la asociación Córdoba Ecuestre, que contó con colaboración del Ayuntamiento y la Peña Caballista. Otro éxito de organización y asistencia de público y posiblemente el más disputado de la disciplina.

Una final de lujo en la que hubo dos competiciones, la de los dos primeros clasificados y la de los ocho restantes. Un duelo entre el maestro Joaquín Olivera, montando a Turronera, con el campeón de España de la edición anterior, Rafael Arcos y la yegua Bambi.

Una final histórica en la que Olivera se colgó la medalla de oro. Paralelamente también se celebró el primer Campeonato de España de juveniles en las mismas instalaciones.

Luis Mateos, oro en ponis D GP en la pista del colegio María Mon tessori, en el nacional celebrad en la villa del Guadajoz en el 2007.

Juan Antonio Jiménez Cobo, con su inseparable ‘Guizo’ en septiembre del 2005, en el Campeonato de España, en el estadio Virgen de la Salud.

El concurso más complejo

Dos años después, en el 2007, la Peña Caballista Virgen de la Salud, junto al Ayuntamiento de Castro del Río, se embarcó en el proyecto más complejo y ambicioso al que pueda optar un comité organizador a nivel nacional. Fue el Campeonato de España de ponis, que conllevó en aquella edición el de saltos de obstáculos, doma clásica y concurso completo de equitación. Los organizadores, con el apoyo del colegio de educación especial María Montessori, construyeron una amplia pista de competición y otra de entrenamiento, y realizaron un recorrido de cross por las huertas aledañas para el concurso completo.

Fue un éxito de organización y deportivo, a pesar de las trabas y dificultades que tuvieron que superar los organizadores. El Poni Club la Loma, de Córdoba, fue el gran triunfador en este campeoanto nacional.

Con la organización de estos campeonatos, Castro del Río ha sido el único lugar de España que ha celebrado estas tres disciplinas tan distintas bajo un mismo comité organizador.

Las pistas construidas para el nacional de ponis se utilizan en la actualidad para clases de hipoterapia en el colegio María Montessori, la celebración de alguna exhibición y concursos de nivel territorial.

Centro de formación

Hace tres años y medio se creó en la localidad la Escuela de Equitación Deportiva Joaquín Aguilera, dirigida por el jinete castreño Joaquín Aguilera, en la que se imparten clases de equitación y varias disciplinas deportivas, entidad que ha dinamizado el mundo ecuestre en Castro, los pueblos de alrededor y parte de Andalucía Oriental. El prestigio de Aguilera en el mundo de la equitación ha convertido el centro de enseñanza en un lugar donde acuden importantes ganaderos y propietarios de ejemplares de nivel para la doma de caballos de alta competición de diverso lugares de España, principalmente de Madrid y la zona valenciana. El nivel alcanzado por los alumnos del centro es el responsable de la participación de estos jóvenes en espectáculos ecuestres con un amplio repertorio de números y en competiciones territoriales con brillantes resultados.

Las rutas

La oferta de diversas rutas a caballos que se están estudiando, tanto a nivel medioambiental y paisajístico como histórico -precisamente Castro se encuentra situado estratégicamente entre las poblaciones ibero-romanas de Ategua y Torreparedones, y Castro El Viejo, yacimiento que se asienta en una parte en el término municipal castreño y de fácil acceso desde la villa del Guadajoz-; el legado ecuestre a lo largo de la historia; la experiencia en la organización de competiciones de elite nacional; la presencia de destacados jinetes castreños, como Aguilera y Juan Antonio Jiménez Cobo, campeón de España y medalla de plata por equipos en los Juegos Olímpicos de Atenas; el dinamismo de la Peña Caballista Virgen de la Salud, que ha regresado como comité organizador para celebrar competiciones de alto nivel, como el concurso nacional de doma vaquera Villa de Castro del Río, que tendrá lugar el 27 de junio; la presencia de una cultura ecuestre deportiva como la que emana de la Escuela de Equitación Deportiva; y la iniciativa privada hacen que Castro del Río vuelva a situarse en un lugar destacado de la equitación andaluza y española.

A este dinamismo se ha sumado el Ayuntamiento castreño apoyando estas iniciativas privadas y la difusión de la cultura ecuestre de la localidad.

Precisamente el pasado día 24 en Fitur, la Feria Internacional del Turismo que se clausura hoy, se presentó en el estand de Córdoba un documental donde se difunden varios de los valores que oferta Castro del Río, entre ellos el singular Barrio de la Villa, un encantador laberinto medieval, y el caballo, que se convirtió por un día en el rey de la zona alta de la población castreña en esta producción, uniendo un desarrollo urbanístico histórico y distinto con un animal que siempre ha estado ligado a Castro del Río a lo largo del tiempo, y que forma parte del bagaje cultural y social de la población del Guadajoz.