Lo tradicional y elegante en la Feria es acompañar el cante, el baile y las tapas con vino fino, que debe servirse muy frío para compensar el calor ambiental y el del recipiente. En lo que respecta a éste, rechazo totalmente los vasitos de plástico, que serán muy prácticos, pero no pueden ser más impropios. El clásico catavino de cristal o la convencional copa de cata nos sigue pareciendo insustituible. Hay otras bebidas muy solicitadas , especialmente la cerveza; o la cerveza o el vino rebajados con gaseosa o con refrescos de lima o limón. La misma función desempeña el famoso valgas; no Vargas, porque no se trata de un apellido ni que tenga su origen el la Venta de Vargas, sino de las tres primeras letras de Valdepeñas y gaseosa. También ocupa su sitio la sangría. En Córdoba, con mayo caluroso, el traslado de unas casetas a otras puede parecerse bastante a la travesía de un desierto, así que habremos de ceder parte de la ortodoxia gastronómica en favor de la necesaria hidratación.