El santuario de María Santísima de La Sierra, patrona de Cabra, volvió ayer a ser escenario de la tradicional Romería de la Candelaria, en su 107 edición, que arrancó con la procesión de la imagen del Divino Niño y que volvió a congregar a un buen número de fieles en esta primera cita del calendario romero cordobés. El buen tiempo, y pese al frío amanecer (se rondó los 0º C), contribuyó a la fiesta, en la que, como es tradición tras la misa y el besamanos al Divino Niño, se rifaron para fines solidarios las ofrendas de pichones, tortas y panes. En esta ocasión, la recaudación de destinó a un proyecto de desarrollo social para mujeres en India que impulsa la delegación de Manos Unidas en Cabra.